3 de Diciembre.- Hoy, como hago muchos domingos, he estado paseando por el bosque. Por el Lobau, concretamente.
Antes de venir a Austria, no me gustaba el bosque en invierno. Lo encontraba triste. Pero tengo que reconocer que, desde que vivo aquí, soy mucho más sensible a la belleza del bosque dormido. En él se manifiesta la capacidad de la naturaleza para sobrevivir, para regenerarse. Por ejemplo, en los líquenes de esta foto. Uno de los organismos más antiguos del planeta, de un bonito color verde que destaca en el universo gris de la vegetación que espera la primavera.
Los pardos, los marrones, los grises, las ramas de los árboles. Por cierto, los pelotones verdes que se ven entre las ramas de los árboles son muérdago, la planta que era el ingrediente favorito de la poción mágica que el druida Panoramix preparaba para Asterix.
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