El actor Ron Perlman caracterizado como Salvatore en El Nombre de la Rosa
23 de Abril.- ¡Penitenciagite! Decía un personaje de El Nombre de la Rosa. Penitenciagite que el fin del mundo está cerca. Hale, hale, ya pueden mis lectores ir sacando el cilicio y el flagelo para atizarse en el nalgatorio porque, si hay que hacerle caso a los periódicos austriacos (ala salvaje) nos quedan en este planeta cruel dos telediarios.
Antológica la foto que ponía el Österreich en páginas interiores ayer. Una vista aérea del volcán islandés al que le ha dado por despertar. Con sus tres cráteres, alineados como la máscara de Scary Movie y un titular que debería estar en todas las escuelas de periodismo (putrefacto): ¿Es esta la cara del fin del mundo?
En el cuerpo de la noticia, el Österreich daba espacio a todas estas personas a las que nadie escucha, a los sabios de lo paranormal, a los profetas. Ellos quizá sean los únicos que tengan la clave de los males que están afligiendo a la sociedad occidental desde hace algunos años. No sólo se citaba la irremediable cuarteta de Nostradamus que indicaba, con fidelidad asombrosa, la fecha de la erupción de un volcán cercano al círculo polar; sino que una astróloga comentaba la impajaritable influencia de los planetas conjuntados en el ceniciento desastre que flagela a la aviación europea. Además, otros colgad…Digo, sabios de lo oculto, explicaban que el volcán islandés que trae a los pilotos por la calle de la amargura era, en realidad,un lugar de aterrizaje de extraterrestres. También se aventuraba que la nube de cenizas se ha debido a un experimento fallido con un superarma secreta. Quién da más.
Así pues, penitenciagite.
A la que sin duda le va a tocar afrontar estas prácticas expiatorias es a Barbara Rosenkranz. El semanario Profil, que no puede ni verla (a la pobre, ¿Por qué será?) ha aprovechado que hoy es el último día de campaña electoral para la presidencia austriaca y ha publicado en su saloncito de youtube un video en que se ve inequívocamente a Frau Rosenkranz.
El clip fue grabado en 2008 y muestra a la “valiente madre de diez hijos” cantando un himno de las SS. Se dirá la pobre Rosenkranz que ya le había podido por cantar algo más animado. La Chatunga, de Luis Aguilé, un poner.
La aguerrida madre de diez criaturas ya tuvo que enfrentarse a las insidias de sus detractores cuando, en un programa de televisión parecido al formato “Tengo una pregunta para usted”, un mocoso le preguntó si sabía inglés. Yo, desafortunadamente, me perdí este momentazo de las ondas herzianas transalpinas, pero aseguran los que lo vieron que a la Sra. Rosenkranz una color se le iba y otra se le venía; y que, hablando inglés parece (aún más) una feroz guardiana de Auswitz escapada de una película de hebreos aperreados por la solución final.
Lo dicho: penitenciagite.
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