9 de Mayo.- “Según fuentes del Correo Romano ayer, 8 de Mayo de 1809, se produjeron unos trágicos acontecimientos en el Castel Sant´Angelo, residencia papal y cuartel general de las tropas que fusilaron al Caballero Caravadossi. La cantante Tosca, famosa intérprete de música religiosa y una de las estrellas indiscutibles del firmamento musical de los Estados Pontificios, saltó desde las almenas de la conocida fortaleza romana y se precipitó al Tíber, resultando muerta en el acto. Según fuentes policiales, el trágico fallecimiento de la dotadísima soprano estaría conectado con la muerte violenta de Scarpia, el gobernador de Roma, también fallecido ayer a consecuencia de varias cuchilladas en su lujosa residencia vaticana.
“Estamos desolados”, ha declarado a este periódico el sacristán de la iglesia en la que Caravadossi trabajaba en una imagen de Maria Magdalena que dejó sin terminar. “La signora Tosca y el caballero Caravadossi hacían tan buena pareja…”.
“Estamos seguros de que, tras la muerte violenta del signore Scarpia se oculta alguna finalidad política”. Ha declarado uno de los sirvientes del mandatario romano, que encontró el cuerpo del político. El cadáver yacía sobre un gran charco de sangre, con dos velas en la cabecera y un crucifijo sobre el pecho. “Podría tratarse, además, de una venganza”, asegura una fuente que no ha querido facilitar su identidad a este periódico, y que asegura que Caravadossi, prometido de Tosca, habría sido torturado de manera salvaje por la policía de Scarpia para arrancarle ciertos secretos relacionados con los partidarios de la causa napoleónica. Este hecho, junto con las acusaciones de abusos sexuales que pesan sobre el difunto político, abren paso a todo tipo de conjeturas.
Como única, enigmática pista, sólo se ha encontrado una carta, firmada por el caballero Caravadossi, y que parece corresponder a su última voluntad del ejecutado. En el documento, sin terminar, Caravadossi alude a la larga relación amorosa que mantuvo con Tosca, rememorando especialmente una noche especial en la que brillaban las estrellas”
Así hubiera podido informar un periódico moderno sobre la desgraciada muerte deTosca. Ayer estuve viendo una representación en la Ópera vienesa, y la verdad es que me lo pasé muy bien. Tosca es una ópera equilibradísima en lo musical. La partitura es tan hermosa pero, de algún modo tan discreta, que casi no se nota. Apoya a la acción de un modo sosegado, fácil, y las árias, particularmente Recóndita Armonía y Lucevan le Stelle, resaltan como joyas sobre un manto. Además, funciona como un cuento: el malo es malísimo, la buena, buenísima, perece indirectamente víctima de su curiosidad y de sus celos. El caballero Caravadossi es un idealista que, en el fondo, no se da cuenta de qué va la vida y el desenlace final, una finta que nos devuelve a ese momento de la infancia en que el corazón se nos quedaba en la garganta esperando saber la suerte que correrían nuestros héroes.
En fin: una delicia.
“Estamos desolados”, ha declarado a este periódico el sacristán de la iglesia en la que Caravadossi trabajaba en una imagen de Maria Magdalena que dejó sin terminar. “La signora Tosca y el caballero Caravadossi hacían tan buena pareja…”.
“Estamos seguros de que, tras la muerte violenta del signore Scarpia se oculta alguna finalidad política”. Ha declarado uno de los sirvientes del mandatario romano, que encontró el cuerpo del político. El cadáver yacía sobre un gran charco de sangre, con dos velas en la cabecera y un crucifijo sobre el pecho. “Podría tratarse, además, de una venganza”, asegura una fuente que no ha querido facilitar su identidad a este periódico, y que asegura que Caravadossi, prometido de Tosca, habría sido torturado de manera salvaje por la policía de Scarpia para arrancarle ciertos secretos relacionados con los partidarios de la causa napoleónica. Este hecho, junto con las acusaciones de abusos sexuales que pesan sobre el difunto político, abren paso a todo tipo de conjeturas.
Como única, enigmática pista, sólo se ha encontrado una carta, firmada por el caballero Caravadossi, y que parece corresponder a su última voluntad del ejecutado. En el documento, sin terminar, Caravadossi alude a la larga relación amorosa que mantuvo con Tosca, rememorando especialmente una noche especial en la que brillaban las estrellas”
Así hubiera podido informar un periódico moderno sobre la desgraciada muerte deTosca. Ayer estuve viendo una representación en la Ópera vienesa, y la verdad es que me lo pasé muy bien. Tosca es una ópera equilibradísima en lo musical. La partitura es tan hermosa pero, de algún modo tan discreta, que casi no se nota. Apoya a la acción de un modo sosegado, fácil, y las árias, particularmente Recóndita Armonía y Lucevan le Stelle, resaltan como joyas sobre un manto. Además, funciona como un cuento: el malo es malísimo, la buena, buenísima, perece indirectamente víctima de su curiosidad y de sus celos. El caballero Caravadossi es un idealista que, en el fondo, no se da cuenta de qué va la vida y el desenlace final, una finta que nos devuelve a ese momento de la infancia en que el corazón se nos quedaba en la garganta esperando saber la suerte que correrían nuestros héroes.
En fin: una delicia.
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