Al final de la escalera
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2 respuestas a «Al final de la escalera»
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Hola Paco,
Me has dejado de piedra con este artículo. Cada día me gusta más pasarme por aquí y leer lo que escribes. Me encanta tu blog.
No sé por donde empezar. Supongo que tienes razón cuando dices que hay sensación de derrotismo en Europa. No lo había visto de esa manera, aunque me has recordado a una viñeta de Forges en El País hace unos días, donde se ve como la palabra “Europa” es dividida a partes iguales entre americanos, japoneses y chinos. Desde luego, en tiempos de crisis, lo peor es dar señales de debilidad.
Y en cuanto a la educación de la clase dirigente, pues qué te voy a contar. Cada país tiene políticos con la educación que merecen. Angela Merkel es física de profesión (como yo), por ejemplo, y entiendo que no sepa de economía. Otra cosa es que sus asesores sí sepan y sean más precavidos que los españoles. No lo sé. El gobierno del país no se sujeta sólo sobre una persona, sino sobre un equipo de gobierno escogido por el Presidente, que en teoría han de ser competentes y honrados.
Europa como idea tenía bastante de utopía, quizás demasiado. Creo que esto es parte del problema: falta de realismo.
Un saludo.
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Hola Álvaro:
En primer lugar, muchas gracias por estas cosas que me dices y que me honran mucho. Espero que te sigas pasando por aquí de vez en cuando 🙂
En cuanto al post, ayer busqué la viñeta de la que hablas y creo que, dejando aparte que las cosas no son tan sencillas en la realidad, es probable que Forges tenga bastante razón.
Ayer, por cierto, me acordé de ti por lo de la clase dirigente. Estuve viendo un programa español vía satélite y el invitado era José Blanco, Ministro de Fomento, el cual, en un momento, dijo que había que poner el gasto “al relentín” (al ralentí, quería decir él, claro). Se hizo un silencio y entonces él se dio cuenta y dijo:
-He dicho algo mal, ¿Verdad? -con una humildad que le honra y que me lo hizo simpático (él, un señor que no lo es especialmente).
Por lo demás, y dejando aparte ciertas diferencias de matiz, tengo que decir que su discurso fue mucho más sensato que el del Presidente del Gobierno (con mucho, aunque no sea difícil).
Angela Merkel es físico, y creo que es una mujer inteligentísima. Si no, fíjate: a priori tenía todas las de perder para ser algo en política y más en Alemania: mujer, procedente del Este excomunista y no precisamente carismática. Y sin tembargo, ahí la tienes.
Los alemanes, por lo que yo sé, la tienen en bastante buena estima, y la llaman incluso Mutti (Mamá).
Habría que hablar también de lo presidencialista/caudillista/clientelista que es la democracia española (herencia de nuestro pasado, supongo) en la que cada presidente del gobierno es elegido como si fuera un nuevo salvador y se construye en torno a él un culto a la personalidad que llega a unos extremos ridículos y que no existe, creo, en democracias más consolidadas (como la francesa o la británica).
En fin: materiales para la reflexión.
Un abrazo
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