20 de Junio.- Hoy he estado en el Dorfmuseum Niedersulz, en Niederösterreich. En Austria hay algunos de este tipo, y obedecen a la nostalgia que sienten muchos austriacos por la vida en el campo.
Generalmente consisten en un pueblo modelo al que se transladan casas antiguas procedentes de la región circundante -en este caso del Weinviertel-. Las casas se amueblan de la manera más fiel posible al original, y también hay diversas exposiciones en las que se muestran de manera muy didáctica diversos aspectos de la vida en tiempos pasados.
Por estar el museo de Niedersulz en donde está, no podían faltar las a las alusiones a la producción vinícola local. Con especial atención a las variedades de uva y a todos los oficios relacionados con la vendímia.
Por supuesto, hay una tabernilla que reproduce las antiguas, en las que se pueden comprar no solo botellas de los ricos vinos blancos que produce la región, sino también mermeladas elaboradas de manera casera y siguiendo las recetas tradicionales.
En la reproducción de la casa de un artesano he encontrado el siguiente repostero. El texto dice “Die Leute sagen immer, die Zeiten werden schlimmer. Die Zeien bleiben immer, Leute werden Schlimmer” (traducido aproximadamente: la gente dice siempre que los tiempos están cada vez peor; sin embargo, los tiempos son siempre los mismos, lo que cada vez es peor es la gente)
Las casas del Weinviertel suelen seguir una distribución tradicional, en la que ocupa un lugar preeminente el jardín frontal. Todas las casas de Niedersulz lo tenían primorosamente cuidado, como corresponde a un museo, y cuajado de flores. Todas las variedades posibles de dalias, de rosas, de espuelas de caballero de intenso color azul.
Este tipo de lugares resultan un plan ideal para ir con chiquillos. En la imagen, uno, con su madre, dándole de comer a un cabritillo. Pero había de todo: cerdos, patos, gansos…Cuidados, por cierto, por una mujer que se entretenía cacharreando con un Mac.
Para saber más, aquí la página web del museo de Niedersulz
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