12 de Enero.- Querida Ainara: ayer, iba yo en el tranvía leyendo “El canalla sentimental” (vamos, leyéndolo no: devorándolo) cuando de pronto, mala pata, llegué a la estación en la que me tenía que bajar. Sin dejar el libro, recorrí hasta la puerta el camino que podría hacer con los ojos vendados, apreté el pulsador, bajé la escalerilla cuando el convoy se detuvo, caminé lentamente por el andén esquivando al resto de viajeros (no muchos) con mi mundialmente conocida visión periférica y, dispuesto a no perderme una palabra de lo que leía, me subí (sí) al ascensor para minusválidos. Llegado a la calle, justo en lo más interesante del capítulo que estaba leyendo, salí del ascensor y ¡zaca! Me quedé a oscuras.
Atentados y lecturas callejeras
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Comentarios
4 respuestas a «Atentados y lecturas callejeras»
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Jajaja, cuantas veces ibas a comprar el pan y los periódicos y nos cruzábamos Papá y yo contigo mientras ibas leyendo y te observábamos a la voz de “y miralé, y no nos vé el tío”. Papá siempre decía, “así se metió en el cordón policial”, jajaja.
Besos.
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Por favor no hagas eso más de ir por la calle tan despistado leyendo,hazlo por tu sobrina y cuídate sino se puede quedar sin cartas en cualquier momento. Un abrazo señor come letras despistado.P.d.el chico de la foto es guapo y está musculitos ,fíjate como lo mira con envidia el señor viejuno.Loli.
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Hola, feliz año… Ya sé voy retrasadísima…
Yo también tengo esa mala costumbre y lo peor es que me vuelvo sorda.
¡Ay, el mundo está lleno de locos! -
Hola a los tres:
Gracias por vuestros comentarios:
A mi hermano: pero, cómo iba a veros si iba leyendo? Jajaja. Los domingos, el pan calentito de la tía Tomasa, el periódico…Vamos, un placer. Vaya, que así me metí en el cordón policial, no te digo más jajaja.
A Loli: no hay peligro, no pasa nada. Sólo leo por la calle cuando el libro es extremadamente interesante y no hay tantos jajaja.
A Maria: !Feliz 2011! Y nada, me alegro de saber que no soy el único.
Saludetes
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