18 de Marzo.- Llevo varios días entregado a la titánica tarea de posproducir las fotos (casi 2000; sí: casi 2000) que hice en los quince días que estuve en Canarias.
Para aquellos lectores que duden (razonablemente) de mi salud mental, les pido que hagan la media. Salen 120 fotos al día, más o menos. Considerando que estuve haciendo turismo todo el tiempo por muchos lugares, creo que se puede descartar que esté sufriendo un transtorno foto-compulsivo.
Sigo: una de las cosas que más me ha divertido en Canarias ha sido hacer fotos en blanco y negro. Por huir de la estética tradicional de la postalica y todo eso y, también, por enseñarme (ya saben mis lectores el cariño que en mi familia le tenemos a este verbo). Para compensar la entrada de ayer (que era de mucho texto y muy larga) aquí dejo algunas fotos que también publicaré hoy en flickr.
Estoy particularmente orgulloso de la foto siguiente. Creo que, técnicamente, es una de las más bonitas que he hecho nunca. La composición, la gama de los grises. Está hecha, como alguna otra de este reportaje en la playa de Maspalomas, durante uno de mis paseos cotidianos a la orilla del mar.
Esta foto está hecha en la parte moderna de Las Palmas de Gran Canaria, a eso de las dos de la tarde.
Otro fruto de mis paseos cotidianos. Esta simpática pareja que se metía en el agua del mar.
Y, por último, otra foto que a mí me parece muy elegante. Es una planta de un humilde jardín municipal, pero la luz es tan bonita. La foto está hecha a eso de las cinco y media. A la caida del sol.
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