Por qué muchas austriacas no llevan sujetador y otras 1616 historias sobre Viena

Mosaico Kopie

4 de Octubre.- Tal día como hoy, hace cinco años (¡Cinco!) escribí la primera entrada de Viena Directo.

Yo, que soy bastante supersticioso, pienso que, muy probablemente, un factor fundamental para la buena salud de la que goza este blog es que nació, sin pretenderlo, en el mismísimo corazón de la ciudad. En un ático de una de las casas de la plaza del Hohe Markt, a un paso del reloj de Anker. En ese mismo punto estaba el centro del campamento que los romanos instalaron en las posesiones de un tal Vin y que, con el correr de los siglos, dio origen a la capital de Austria.

Desde que Viena Directo nació, el mundo y yo hemos cambiado mucho.

Cuando escribí la primera entrada de Viena Directo los blogs eran una moda. Todo el mundo tenía uno. Los años han pasado y hoy parece extendida la opinión de que, una parte de la función que desarrollaban los blogs, ahora la desempeñan las redes sociales.

Unas mesas camillas virtuales en donde la gente puede comunicarle a la ciudad y al mundo que ha puesto a cocer el agua para los garbanzos o que le tiene una tirria a la mamarracha de Lady Gaga que no le deja conciliar el sueño (a la persona, no a Lady Gaga, claro).

Muchos de los blogs contemporáneos a Viena Directo han desaparecido o se han reconvertido en otra cosa. De manera que este se ha convertido en un espacio que, para los estándares de internet, es poco menos que matusalénico.

Durante el último año, sin embargo, yo también he tenido momentos de vacilación¿Merecía la pena seguir con Viena Directo? Mil y una veces he pensado en el post que escribiría para certificar la defunción del blog y mil y una veces, afortunadamente, me he arrepentido en el último momento.

¿Por qué sigue existiendo Viena Directo?

Primero, no lo voy a negar, porque escribir todos los días un artículo me mantiene en forma mentalmente y es un placer cotidiano al que difícilmente podría renunciar. Segundo, y mucho más importante, porque Viena Directo tiene lectores.Tiene MUCHOS lectores (aproximadamente 150 fijos diariamente más el otro centenar que viene vía Google buscando videos porno). Una cifra con la que yo no me hubiera atrevido a soñar cuando empecé y el blog tenía cuarenta visitas diarias (contando a los de los vídeos porno).

Yo soy de la opinión de que, cuando uno escribe para alguien, desarrolla una suerte de responsabilidad hacia sus lectores. Esta es la razón de que intente poner no sólo algo nuevo cada día, sino que ese algo sea un contenido de calidad. Que la información sea precisa y que sea útil, que sea accesible, que sea amena, que se entienda si no se vive en Austria, que esté contada correctamente (o sea, sin faltas de ortografía). En fin: tantas cosas.

Reconozco también que este de la utilidad es el concepto que más elásticamente interpreto.

Viena Directo es, entre otras muchas cosas, un blog de servicio público, pero yo creo quela utilidad consiste también en provocarle al lector unas risas o en abrir una ventana a la reflexión que dure los tres minutos en que se tarda en leer el post nuestro de cada día.

A lo largo de estas 1617 entradas, he procurado tratar todos los temas de la manera más amena que he sabido y aún cuando he tratado asuntos frívolos (¿Por qué muchas austriacas no llevan sujetador? Creo que ha sido uno de mis posts más raros) he intentado que hubiese algo detrás. Aunque sólo fuese mi alma, mi corazón, mi manera de ver las cosas. Espero haberlo conseguido.

Gracias por estar ahí.

Mañana, más.

 


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