6 de Mayo.- Quizá mis lectores se estén preguntando por qué Viena Directo se actualiza tan tarde hoy. La cosa es que he aprovechado el domingo para visitar el Museo Etnográfico de Niedersulz, en Baja Austria. Debería decir re-visitar, porque ya estuve allí hace algún tiempo. Los adelantos tecnológicos me han permitido esta vez, sin embargo, hacer un vídeo, que mis lectores podrán ver si pinchan en el recuadro superior. He tardado un tiempo en montarlo, y de ahí el retraso. Espero, de cualquier forma, que la espera haya merecido la pena.
En Niedersulz, como verán mis lectores, se puede uno hacer una idea muy exacta de lo que era ser campesino en Austria en los últimos tres siglos. De lo duro que era ser campesino en Austria, para ser exactos. El museo tiene la virtud de haber despojado a la vida del agricultor de esa pátina medio cursi medio boba que varias generaciones de literatos de ciudad han depositado sobre el honrado trabajo de los hombres y las mujeres del campo, siempre mirando al cielo para ver si llueve, siempre pasando frío o calor, siempre en contacto con una vida que depende siempre de que el año venga malo o bueno, siempre al borde del hambre.
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