Gery Keszler la lía (de nuevo)

Seguridad
El Lifeball, ese evento (A.v.D.)

10 de Mayo.- Como recordarán mis lectores, todos los años se celebra en Viena el Life Ball o Baile por la Vida. El objetivo oficial es recaudar fondos para luchar contra el SIDA y, por el camino, hacer un fiestorro de padre y muy señor mío. El impulsor principal de LifeBall fue el difunto Helmut Zilk, protéico alcalde de esta capital, que se dio cuenta de que, en Viena, llegados los calores no pasaba absolutamente nada –socialmente hablando- y que había que devolver a esta ciudad al circuito de esos sitios en donde los ricos y famosos aparcan su jet.

Zilk, que era un hombre de izquierdas pero que sabía perfectamente que del lujo de unos pocos viven muchos mortales comunes, pensó que nada mejor que el marco incomparable del ayuntamiento de la capital austriaca para darle empaque a un evento de estas características. No se equivocó. Zilk puso al frente de la organizacion a Gery Keszler, un hombre muy inteligente, públicamente homosexual (el señor Keszler se pasea y se fotografía un un perrito chiuaua de su propiedad) que, en general, tiene un aspecto muy vienés, como de artista del movimiento secesionista que convirtió esta ciudad en la meca del arte del periodo de entre siglos. No piensen sin embargo mis lectores que el señor Keszler es un hombre que va por ahí con la nariz levantada, pues se sabe que, cuando no está organizando el Life Ball, Herr Keszler se dedica a cultivar unos predios que tiene y, ya se sabe, que la manera más fácil para darse un morrón mientras conduces un tractor es llevar el apéndice nasal apuntado al firmamento.

Todos los años, desde hace veinte, Herr Keszler, que es un abnegado trabajador de lo suyo, busca una polémica para poder promocionar su baile. Hace unos años, se peleó con Dominic Heinzl (alias Megaperraca Trepadora) lengua viperina de la tele austriaca hoy algo desactivada, porque Dominic, desde su puesto en la privada ATV no informaba, según Herr Keszler, con la suficiente seriedad sobre un evento en el que, como todo el mundo sabe, lo más importante no es que el personal enseñe cacha, sino el dinero que se recauda para que los científicos le den a la pipeta, a las placas de cultivo y al matraz y encuentren de una vez una cura para detener la llamada plaga del siglo XX (ya, del XXI).

Este año, el blanco de los ataques de Herr Keszler ha sido también Heinzl, aunque de manera indirecta. Herr Keszler ha dicho que, en Su baile –es muy posesivo para sus cosas- no echa nada de menos  a la tropa de famosos basurilla –con algo más de nivel que en España, pero basurilla- que pueblan ciertos programas de televisión. Estos, son conocidos por estos lares como los “Adabei”, una expresión intraducible al español pero que viene de la versión dialectal de “Auch dabei” (también estaba allí) o sea, esa gente que es el perejil de todas las salsas.

Los Adabei, encabezados por la simpar Janine Schiller (una señora cuyos labios llegan diez minutos antes que ella misma) se han sentido muy dolidos por las palabras de herr Kezsler, el cual, sabedor de lo valiosa que es una maledicencia en términos de marketing, se ha negado a retirarlas. Le han recordado a Herr Keszler aquellos tiempos en que él no era la megaperraca exitosa de ahora, sino una megaperraca humilde que necesitaba de los Adabei para salir en la tele. Y, como no podía ser de otra manera, los Adabei han tardado segundos dos en referirse a la condición sexual de Herr Kezsler, como si el hecho de que al señor Kezsler le guste encamarse con otros señores ya garantizase automáticamente que ama a todos sus prójimos como a sí mismo, Adabeis incluidos. Frau Schiller ha indicado, más indignada que un acampante del 15-M que, si quiere ser tolerado (como gay) Herr Kezsler debería ejercer también la cristiana virtud de la tolerancia. Nos tememos mucho que, desde que esta polémica ha estallado, la frau Schiller se ha hecho homófoba. Cachis en la mar.

Comentarios

2 respuestas a «Gery Keszler la lía (de nuevo)»

  1. […] siempre, una ciudad que se ha volcado en la lucha contra el SIDA. Todos los años, por ejemplo, se celebra el Lifeball o Baile por la Vida, que es una ocasión festiva y solidaria durante cuyo transcurso se recaudan dineros para […]

  2. […] de poner palos en las ruedas del Lifeball y de demonizar en lo posible a su principal organizador, Herr Gary Keszler, un caballero muy simpático al que es fácil ver con su perrito en brazos caminando por las calles […]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.