Cómo tratar con personas difíciles

Presencia de satanás
A.V.D.

Querida Ainara: creo poder decir, sin falsa modestia, que tengo lo que corrientemente se llama „mano izquierda“ en una proporción bastante por encima de la media.

Me parece que tanto tu padre como yo estamos bastante capacitados para tratar con personas difíciles.

Ahora bien ¿Qué es una persona difícil? Una persona difícil, en mi opinión, se caracteriza por dos cosas: a) la ausencia de empatía –o bien, estando la empatía presente, la incapacidad de que el bienestar o los sentimientos de los demás se conviertan en un motor prioritario de su conducta- y b) la incapacidad de controlar determinados impulsos primarios de su comportamiento, lo cual suele traducirse en muchos casos en una tendencia, que colorea su conducta, a la violencia verbal y, en casos extremos, física.

En el caso de tu padre no lo sé, porque no he hablado nunca con él del tema, pero en el mío, creo que esta capacidad de dar largas cambiadas se debió a que, en mi adolescencia, era casi completamente incapaz de desviar mi camino a tiempo y, como resultado, me solía topar de morros con esta gente a la que, por lo general, todo el mundo evita cuidadosamente.

También, por qué no decirlo, las personas llamémoslas difíciles suelen ser, en su desequilibrio, mucho más interesantes que la gente que pasa por normal.

En muchos casos, su “dificultad” nace, por ejemplo, de la presencia de una inteligencia fuertemente aguda y analítica, de una cultura excepcional o de alguna otra característica sobresaliente como, por ejemplo, un éxito sexual por encima de la media.

¿Cómo tratar con esta gente? Para explicártelo gráficamente, te pediría que te imaginases a una persona dándole un puñetazo a un cojín.

La persona difícil es la que da el puñetazo y tú eres el cojín. El truco con esta gente, (y aquí está la madre del cordero, Ainara, no te la pierdas) es hacerles creer en todo momento que han ganado. Tenerlos engañados (suele ser fácil, porque estas personas siempre están dispuestas a creer que han ganado).

El tipo que da el puñetazo al cojín piensa que ha ganado porque siente que ha canalizado su impulso a la violencia, que su frustración ha salido de él por esa vía física. El cojín, sin embargo, ha absorbido el impacto y, conservando su propia naturaleza, lo ha vuelto absolutamente inofensivo.

El cojín, Ainara, si me dejas continuar con la metáfora, para tener éxito, tiene que permanecer muy seguro, muy anclado en la realidad, y no entrar nunca en el juego del contrario que pretende, con su puñetazo, provocar cambios en su naturaleza, hacerle reaccionar. Porque el éxito del cojín está en permanecer ajeno, en deformarse, pero en conservar en todo momento su naturaleza de cojín, de parapeto neutralizador contra los impactos.

Obviamente, los problemas surgen a la hora de integrar a una persona de esta clase en un grupo (este, por ejemplo, es uno de los grandísimos talentos de tu padre, que tiene tantos). Lo que yo hago, generalmente, es intentar convertir en “cojines” a los otros miembros del grupo, de manera que los puñetazos se vuelvan inofensivos. Esto se suele conseguir haciendo que los otros sean conscientes de que la persona que les agrede es, en realidad, alguien que es incapaz de hacer otra cosa. En otras palabras un “discapacitado emocional”.

Cuando el grupo toma conciencia de esta realidad, los ánimos suelen enfriarse e, instantaneamente,  como todo el mundo está en el ajo de lo que pasa, se crea un margen de seguridad alrededor de la persona difícil que permite absorber, por lo menos al principio, un alto porcentaje de los golpes. Es, como si dijéramos, un espacio acolchado virtual.

A veces, de todas maneras, incluso este procedimiento falla. Entonces, si uno no está necesitado de su compañía por razones laborales, lo mejor es mandar a la persona difícil a que le aguante su madre.

Y aquí no ha pasado nada.

Besos de tu tío

Comentarios

Una respuesta a «Cómo tratar con personas difíciles»

  1. Avatar de Intxaurtsu

    Bien, tras años de pelear conmigo misma para superar mi dificultad, me ha dado mucha alegría saber que eso me hace interesante.

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