
16 de Septiembre.- Les voy a contar a mis lectores un secreto que no lo es tanto. Mientras estaba tomando la imagen que abre este post, pensaba que, solo por momentos como ese, merece la pena el palizón diario que constituye llevar un blog como Viena Directo.
Lo he contado ya bastantes veces, pero no me importa en absoluto decirlo una vez más: alrededor de Viena Directo, con el blog como pretexto, se ha formado un grupo de personas tan majo, de gente tan lista, tan tolerante y tan cariñosa (y sobre todo, tan divertida) que uno no puede por menos que sentirse orgulloso de haber contribuido, aunque solo sea en la pequeña medida de ser quien escribe aquí todos los días, a que se conozcan.
Dicho esto: hoy, parte de nuestra fraternidad (los que se ven en la foto, que son, de izquierda a derecha, Gonzalo, Diego y Fernando) ha participado en la Maratón de la Wachau de relevos, una prueba del grupo de la Maratón de la Wachau (Wachau Marathon). La competición ha discurrido entre las bonitas localidades de Emmersdorf y Krems. En este caso, lo de bonitas localidades no es un tópico más al uso, porque la Wachau, señoras y señores es, aparte de uno de los lugares más bellos del mundo, Patrimonio de la Humanidad.

El primero en partir, a eso de las diez de la mañana, ha sido Diego que ha corrido más de veinte kilómetros (el trayecto que separa Emmersdorf de Spitz) y le ha entregado el testigo a Gonzalo. Testigo que, como no podía ser de otra manera, ha sido la bandera de España. La presencia de nuestra enseña nacional ha levantado las correspondientes oleadas de simpatía entre el público aborigen. El comentarista animador indígena ha saludado su presencia con un sonoro Bienvenidos (con un acento muy potable) y muchas personas han gritado bravos y hasta han jaleado a nuestros corredores llamándoles toreros.
El segundo y último relevo ha sido aquel en el que Gonzalo le ha entregado el testigo (la bandera) a Fernando. Mientras tanto, y como no todos tenemos tanto espíritu de sacrificio como Die Froyadoren, el que esto escribe y quien le acompañaba han parado en un restaurante y han devorado sendos medios patos, acompañados con Knodeln de patata y la correspondiente ensalada de lombarda. Cuando hemos llegado a Krems, Fernando ya había cruzado la línea de meta y estaba esperándonos tan fresco.
Por obra de los ferrocarriles austriacos, se nos han unido Diego, Gonzalo, Javier y su señora, con los niños de los dos. Y nos hemos ido todos a reponer fuerzas en las carpas organizadas al efecto
Aunque lo importante es participar, también mola decir que mis amigos han quedado en la posición 14, que no está nada mal.
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