La vara del Profeta es alargada

La presencia en la iglesia
A.V.D.

Un vídeo filmado con los medios (y la calidad) de la teletienda más sarnosa ha desatado una peligrosa espiral en el mundo musulmán. En occidente, sin embargo, se ha notado desde el principio cierta incapacidad para entender el problema y dar una respuesta consecuente.

Desde que la Iglesia católica, gracias a Dios, perdió el poder de equiparar pecado y delito y los iconos religiosos del cristianismo fueron pasto de análisis (según, Gonzalo, el autor de este artículo, no siempre tan reverente y respetuoso como hubiera sido deseable) nuestras sociedades han perdido también la capacidad de entender que se pueda matar en nombre de un dogma.

¿Cómo debe enfrentarse occidente a crisis como esta? ¿Está en peligro nuestro modo de entender las relaciones sociales? ¿Debemos adaptarnos a un concepto de las relaciones clero-sociedad civil que desapareció de Europa hace casi trescientos años o debe intentarse por todos los medios extender por el mundo musulmán nuestra actitud laicista hacia los símbolos religiosos?

A todas estas preguntas, sin duda candentes en este siglo XXI trata Gonzalo de dar una respuesta. El resultado es, como siempre, estimulante e interesantísimo.

La vara del Profeta es Alargada

Spengler dio a Occidente por muerto. Toynbee le dio el beneficio de la duda y teorizó una suerte de senoide cíclica sobre la las civilizaciones, indicando que si bien estábamos en el valle, no tardaría en cambiar la suerte para volver a la cresta. Yo no lo tengo tan claro.

Sin embargo sí es cierto, que las dos partes en liza a cuenta del cutrevideo sobre el Profeta, están jugando con barajas cambiadas, una vez más. Me explico. El occidente judeocristiano contrapone sistemáticamente la democracia a la ley islámica emanada del Corán. Es como usar un paño de seda para agarrar una herradura incandescente. La quemadura está garantizada. Mientras el lenguaje y la escasa tradición político-cultural del Islam se basan en las certezas que arroja el Corán, y que automáticamente se extrapolan a la vida civil, en nuestros mundos soleados hablamos en abstracto de derechos, libertades y vacaciones pagadas; sin que sepamos muy bien qué hacer de forma objetiva cuando se presenta a Mahoma como un pederasta, mujeriego y asesino, en un video malísimo que sólo está montado con el fin de provocar. Eso mismo se ha hecho tantas veces con Jesús de Nazaret, que los fundamentos de nuestras sacrosantas democracias no pueden más que retorcerse y enmudecer. Sin embargo no se pueden comparar. Claro que no. Porque Mahoma en Occidente no ha sido nadie, por lo menos hasta finales del siglo pasado, y el Nazareno lo ha sido todo. Desde el calendario gregoriano que usamos hasta el perfil de todas las ciudades europeas nos hablan de Él, y se le ha parodiado e insultado hasta el hastío en nombre de la libertad de expresión. Ninguna embajada ha ardido y no ha habido muertos de ningún tipo, como debe ser. Pero está claro que en un caso como el que nos ocupa, nuestros sociólogos, políticos y lobistas, no puede proponer una solución al tema sin caer en la más ridícula de las contradicciones.

Mientras el ministro paquistaní del ramo, declara que pagará por la cabeza del director del video, el mundo civilizado aggiorna los ánimos pidiendo calma. ¿Hablamos idiomas distintos o le damos razón al refrán español de que quien no llora, no mama? La violencia del Islam de los últimos veinte años debe de llamar a la prudencia, pero si la prudencia se convierte en chantaje, más pronto que tarde perderemos la partida. Y a esa tentación, con sus mejores intenciones han cedido casi todos, incluido el Papa después del episodio bochornoso de Ratisbona.

Pero es que el Islam, religión del libro y con una rama liberal, presentable y aseada, tiene un problema en la raíz: por principio no acepta la libertad religiosa. Y eso es algo gravísimo, porque significa que el infiel no tiene el mismo rango que el musulmán, ni los mismos derechos, ni siquiera, en casos extremos y no infrecuentes, el derecho a la vida. Desconocer esto cuando se abordan las crisis geopolíticas que genera el Islam, desde la Primavera Árabe, hasta el conflicto Israel-Palestina, es atajar siempre, mal y tarde las consecuencias para olvidarse por completo de las causas. La paz con el Islam es posible pero renunciar a la armadura moral del pensamiento occidental, es el final, tal como lo adelantó Spengler hace cien años.

Gonzalo

Gonzalo es ingeniero, tiene treinta años, y vive en Viena. En la actualidad, estudia Ciencias Politicas.

Comentarios

8 respuestas a «La vara del Profeta es alargada»

  1. Avatar de Qwertyuiop
    Qwertyuiop

    Nuestra incapacidad de comprensión es mucho más radical. La mayoría de nosotros no puede comprender que el cabreo no viene de pintar a su profeta como un violento pederasta, violador, asesino a sangre fría de hombres desarmados para robarles, o mentiroso, porque todo eso lo hacen con todo lujo de detalle el Corán y los hadices, y son considerados verdades incuestionables. No puede ser considerado un insulto al profeta hacer constar hechos que los textos sagrados sancionan, y menos aún si los llevó a cabo Mahoma, que es el hombre perfecto y el modelo de conducta a seguir. Lo que ha causado esto, aunque parezca increíble, no ha sido otra cosa que el animus iocandi, ni más ni menos. Simplemente eso ha bastado. La misma película narrando exactamente las mismas infamias pero con intención apologística no hubiera provocado las iras de nadie.

    Pensamos que son los bárbaros que adoptaron la civilización del Imperio de Occidente tras conquistarlo, cuando en realidad son aquellos que destruyeron el Imperio Bizantino trayendo consigo los siglos de oscuridad.

    1. Avatar de Paco Bernal
      Paco Bernal

      Hombre, tanto como el animus iocandi…El video no estaba hecho de broma, sino para provocar

  2. Avatar de victoria
    victoria

    Estoy de acuerdo en casi todo con Gonzalo. Aquí no se mide con el mismo rasero a la religión católica y la musulmana. A una se la puede parodiar y a otra no, quizá porque nosotros ya superamos esa época en la que la Iglesia, además de procurarnos consuelo, dominaba la vida de las personas, las sociedades y los pueblos, la época en la que se vivía en una “sociedad sacralizada” en la que la religión impregnaba y dominaba todo. En lo que no estoy muy de acuerdo es en eso de que Mahoma no ha sido nadie en Occidente hasta finales del siglo XIX. A no ser que no consideremos a España parte de Occidente, creo que aquí, en esta tierra, si que fué alguien desde el siglo VIII hasta el siglo XV, o algo así me enseñaron mis profesores de Medieval de España, grandes medievalistas, por cierto. La cultura musulmana ha impregnado, para bien o para mal, nuestra tierra durante muchos, muchos siglos. Y sí, a veces la convivencia de distintas culturas y distintas religiones dentro de un mismo medio geográfico puede resultar muy complicada. No me gustaría que se impusiera la religión musulmana otra vez, por la fuerza, ni que las mujeres tuviéramos que ir con burka (por ejemplo) pero también hay que comprender que para los musulmanes su religión es muy importante. Europa y Occidente no deben de ceder nunca al chantaje de nadie, pues nos ha costado mucho conseguir estas cotas de libertad y laicismo de las que disfrutamos. El problema principal, que parece ser que no se ve, es que el otro, como el famoso Caballo de Troya, se ha infiltrado en nuestra sociedad, en nuestro mundo, en nuestros países. Los musulmanes son minoría en Europa pero, ¿qué pasaría si nos superaran numéricamente? Es sólo cuestión de tiempo si no cambia la tendencia demográfica europea que eso llegue. ¿Y entonces que pasará? ¿seguiremos conviviendo pacíficamente o seremos colonizados por ellos? La respuesta es complicada y larga en el tiempo.

  3. Avatar de Gemma

    Hola:

    En el problema con el Islam, lo que realmente entra en conflicto con el mundo occidental, es la interpretación extremista errónea que muchos musulmanes no comparten y que nos da a nosotros también una imagen completamente equivocada de su religión, dificultando a ambas partes el respeto que podría bien existir sin suponer ninguna amenaza.
    El verdadero Islam se basa en una noción completamente intimista y personal de su vivencia religiosa. Una especie de busqueda personal de la virtud con valor en sí misma sin comparación con lo que le parezca bien o mal hacer al prójimo. Es como un sencillo: “allá ellos que yo sigo mi camino sin molestar a nadie y que nadie me imponga nada innecesario a mí. El burka o velo o pañuelo islámico que muchas mujeres llevan voluntariamente es su forma de proteger su opción personal y su creencia frente al mundo exterior en el que tienen que moverse. Esta es la forma más sencilla de comprender la idea esencial. Exactamente igual que el hábito de una monja. En ocasiones también pueden extralimitarse y tratar de utilizar este fuerte simbolo externo como arma más que como defensa. O cuando el hombre lo exige y lo impone, sin confiar en como la mujer decida por sí misma gestionar su relación con su entorno. Ahí comenzarían sus propio errores de concepto y distorsión de términos que llevan entonces irremediablemente al conflicto. Lo que quiero decir es que el problema no está tanto en las religiones como en las interpretaciones equivocadas y/o desproporcionadas dentro de las mismas y sobre su aplicación. Y en su lugar, bien entendidas se puede aprender mucho de todas las religiones, si se es capaz de sintetizar los conceptos clave y valores auténticos y caracteristicos y no su expresión más superficial y absurda cuando se desvirtuan y se utilizan como simple arma arrojadiza.

  4. Avatar de Primo N.
    Primo N.

    Algunas matizaciones:

    En Europa tendemos a considerar el islam como algo monolítico y no lo es. También dentro del islam, al igual que dentro de la iglesia católica, hay un amplio espectro de escuelas de pensamiento y sectas que van desde el misticismo pacifista sufí hasta los extremismos wahabbíes, salafistas y deobandíes, pasando por los coranistas, a los que la mayoría conservadora ve con sospecha por negar la autoridad de los hadices (dichos que se atribuyen a Mahoma), que en el sistema legal islámico tienen a menudo mucho más peso que el propio Corán. Estas corrientes conviven, polemizan, pugnan entre sí y propugnan una mayor o menor tolerancia. ¿Por qué en Europa apenas vemos la cara amable del Islam? Porque ninguna de esas corrientes tiene detrás la potencia financiera de Arabia Saudí o la tan de moda Qatar, que promocionan las versiones más radicales del Islam (wahhabismo) a través de las mezquitas y madrasas que financian a lo largo y ancho del mundo, incluso en Madrid.

    El problema es que, como casi siempre, los extremistas de toda laya hacen más ruido y quedan estupendamente en las fotos con sus largas barbas, los callos en sus frentes, sus ojos inyectados en sangre mientras asaltan una embajada y queman una bandera, preferiblemente americana (a las que se podrían contraponer las fotos de los miles de activistas de la sociedad civil que en el mundo árabe arriesgan sus vidas y pelean a brazo partido con estructuras autoritarias para conseguir igualdad, respeto a los derechos humanos, libertad, y democracia, pero como me dijo la Schwester Michi, una adorable monja austríaca, lo bueno no hace ruido). Los extremistas son una minoría. En Cairo, donde resido, los manifestantes eran apenas 200, muchos de ellos jóvenes desocupados en busca de adrenalina jugando al ratón y al gato con la policía. Pocos o ninguno habían visto el famoso video, que es de una cutrez insultante. El partido salafista Noor movilizó a sus miembros no por indignación, sino porque está librando un pulso con el actual gobierno y quiere forzarle a adoptar una agenda extremista.

    Lo describes muy bien, Gonzalo: el que no llora, no mama. En mi opinión, ese siempre el propósito de los extremistas de cualquier signo: hacer que los debates giren en torno a los extremos. Unos racistas en Estados Unidos hacen un video patético con la intención de denigrar la figura de Mahoma y otros racistas responden de una forma aún más patética asaltando embajadas y matando a gente. Atrapados en una pinza, nos quieren forzar a tomar posiciones. Con o contra nosotros cuando en realidad es ni con unos ni con otros, sino contra todos ellos. Desde los extremos quieren hacernos creer en un inevitable choque de civilizaciones y en la imposibilidad de una convivencia pacífica entre Islam y Occidente. Las sociedades árabes están en transición, aprendiendo lentamente lo que significa la democracia, pero eso requiere tiempo. Décadas de sátrapas autoritarios (apoyados por nuestros gobiernos en aras de la seguridad, palabra que todo lo justificaba y que hoy ha sido sustituida por equilibrio presupuestario) dejan huella y en España deberíamos saberlo bien. Los reflejos autoritarios surgen inevitablemente porque es lo que han mamado, lo único que han visto y conocen.

    Por otro lado, entiendo tu indignación con la pusilánime respuesta de Europa y los Estados Unidos a este incidente. Nos aterroriza ser considerados intolerantes. La corrección política nos castra y es una forma velada de censura, ya que impide la discusión abierta de ciertos temas. La ultraderecha se ha dado cuenta de esto y está usando la incorrección política como bandera de enganche (la imagen del rebelde que tan bien vende). Estoy de acuerdo contigo en que hay principios que son innegociables (en especial la libertad de expresión) y duele ver como nuestros gobiernos se bajan los pantalones día sí y día también para no molestar en lugar de defender la libertad de expresión y el derecho a ofender a capa y espada. La libertad de expresión no debe tener límites (salvo cuando promueva abiertamente la violencia contra alguien) porque es en los argumentos donde se gana o se pierde. Sin embargo, parece que a día de hoy sentirse agraviado por cualquier motivo y expresar ese sentimiento de agravio a voz en grito sirve para ganar derechos extra y para silenciar críticas. Esto nos obliga a caminar con pies de plomo para no agraviar, a disculparnos cuando ofendemos, y a culpar a la víctima de provocar al agresor, cuando lo que deberíamos hacer es recurrir a otro refrán no menos castellano: el que se pica, ajos come. En otras palabras, decir a los agraviados que si se sienten ofendidos es únicamente problema suyo, que, por grave que sea la ofensa infligida, nada justifica asaltar embajadas y asesinar a personas a sangre fría.

    Me he alargado demasiado y pido disculpas por ello. Es un tema de verdad fascinante que me toca de cerca y quería compartir estos puntos de vista con todos vosotros.

    Un abrazo.

    N.

  5. Avatar de Gonzalo
    Gonzalo

    Gracias a todos por vuestros interesantes comentarios.

    Nacho, gracias por los datos desde el foco de la revolución. Tomo nota de las corrientes dentro del Islam, sólo conozco bien el sufismo (“el Islam cristianizado”) a través del místico murciano Ibn Arabi.

    Abrazos.

  6. Avatar de Señor Negro

    En mi opinión el gran problema de estas religiones salidas de Oriente Medio; judaísmo, cristianismo e islam; es que tienden todas al totalitarismo. Al ser religiones monoteístas niegan la validez del resto de creencias y ridiculizan a los que no forman parte de ellas. Hablan de humildad pero casi siempre sus miembros se consideran superiores al resto de gente solo por el hecho de formar parte de ellas. Y yo no haría muchas diferencias entre ellas tres porque todas intentan imponerse en las sociedades donde predominan. Por eso creo que Paco Bernal es demasiado optimista cuando afirma que en Europa se rompió la relación entre iglesia y estado ya hace 300 años. Lo creo porque durante el franquismo el pecado era delito en España y una mujer podía ir a prisión por haber cometido adulterio. O bién porque un ministro llamado Gallardón prepara una ley del aborto que impone las creencias cristianas sobre el tema a todas las mujeres del Reino. Por no hablar de que España aún paga de los presupuestos públicos a los profesores de religión ESCOGIDOS por la iglesia católica.

    O sea que cuando aún no hemos escapado del todo de una religión, nos llega otra mucho más vigorizada que se aprovecha de nuestras garantías de libertad religiosa para reclamar sus derechos y pedir otro tanto de ayudas públicas para que puedan practicar su proselitismo. Por mal camino vamos… Y encima la corrección política impide criticar a estas religiones en nombre de la libertad de creencia, o sea que ellos nos pueden insultar llamándonos asesinos de niños o gente sin moral, pero nosotros debemos respetar sus supersticiones. Como decía Thomas Jefferson: En todos los sitios y en todas las épocas el clérigo ha sido enemigo de la libertad.

  7. […] de nuestros amigos, Gonzalo el cual ha colaborado alguna que otra vez en este blog. Por ejemplo, aquí y […]

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