El oscuro pasado de Fritz Zweigelt

Kremms panorama desde el tren
Viñedos desde el tren a Kremms (A.V.D.)

 

Era firme partidario del cruce de cepas, pero sumamente escrupuloso con la pureza racial de las personas. Particularmente, si estas pertenecían al grupo ario. Fritz Zweigelt: un genio en el campo de la botánica, un nazi furibundo en el campo de la ideología.

(Fondos musicales recomendados este para las intrigas o, más austriacamente, este)

 2 de Octubre.- Nuestra historia de hoy empieza veinte años antes del nacimiento de su protagonista.

Hacia 1870, la plaga de la filoxera alcanza Austria y, en muy poco tiempo, destruye todas las cepas locales.

Una catástrofe, porque los austriacos de aquella época eran (y continúan siendo) grandes consumidores de vino. Para seguir produciendo no queda más remedio que importar cepas americanas, resistentes a la perversa filoxera, y cruzarlas con las variedades locales amenazadas. Aparecen así, por ejemplo, los vinos procedentes de la rama Uhudler que, en aquella época, representaron un retroceso de calidad con respecto a los vinos anteriores a la catástrofe. Pero ya se sabe que, a falta de pan, buenas son tortas. Y la gente se tuvo que conformar con beber aquellos Uhudler más bien peleones, los cuales, por cierto, presentan un mayor contenido en alcoholes poco saludables (Metanol) que los vinos normales.

Las cepas de Uhudler son conocidas, y les pido a mis lectores que memoricen este término, porque es importante para el asunto que nos ocupa, como Direkträger. Esto quiere decir que contradicen la práctica, hoy normal, de tomar una cepa robusta, pero que produce un vino de baja calidad, e injertarle una cepa menos resistente, pero que produce un vino de calidad más noble para que se aproveche de la savia de la planta que le sirve de alojamiento.

En 1888, en plena revolución vinícola debido a la filoxera, viene al mundo en la localidad de Hitzendorf, en Estiria, un mal bicho desde el punto de vista humano pero un genio visionario en lo que se refiere a la botánica: me estoy refiriendo a Friedrich (“Fritz”) Zweigelt.

Para alguien que quiere ocuparse en la industria vitivinícola la meca es el monasterio de Klosterneuburg, en Baja Austria, lugar en donde se producen los mejores caldos del país desde el siglo XI. Es allí donde el joven Fritz Zweigelt, en 1922, tiene éxito a la hora de producir una nueva variedad de vino que, actualmente lleva su nombre: la llama Rotburger, y procede del cruce entre las variedades Saint Laurent y Blaufränkisch. La híbrida resultante da un vino tinto, parecido al Beaujolais, con varias calidades muy diferenciadas (pero a años luz del Uhudler).

Antes de seguir, es necesario aclarar que la creación de nuevas variedades de uva es una empresa no solo apasionante, sino también bastante arriesgada desde el punto de vista comercial. Las especies mixtas tardan un tiempo en producir y no siempre hay garantía de que los vinos resultantes vayan a tener calidad para ser consumidos.

Sin embargo, nuestro amigo Zweigelt tuvo éxito con su nueva vid y el Rotburger resultó ser un caldo que mejoraba mucho en gusto y calidad a las variedades más plantadas en los primeros años veinte del siglo pasado, las cuales, como mis lectores saben ya, procedían cepas  Direkträger, de gusto mediocre pero más resistentes y, por ello, preferidas por los viticultores.

A partir de la obtención de su híbrido, Zweigelt se convierte en un feroz enemigo de los Direkträger y en una personalidad a nivel mundial en el campo de la viticultura. Durante todos los años veinte y treinta no hay publicación especializada en donde Zweigelt no sea invitado a dejar muestras de su sabiduría y en la que no combata la costumbre de plantar cepas de la variedad Uhudler.

Desafortunadamente, si bien Zweigelt estaba por la mezcla de cepas, era muy estricto en lo que se refiere a la pureza racial (aria, particularmente).

En cuanto escucha hablar del partido nazi, corre a apuntarse. Es un entusiasta de los de la cruz gamada aún en la clandestinidad. En 1938, con la anexión, cambian las tornas y Zweigelt es recompensado por su fidelidad. Los del paso de la oca le dan la dirección de la Escuela Vinícola de Klosterneuburg, cargo que Zweigelt aprovecha para entregar a la Gestapo al estudiante Josef Bauer, miembro de la resistencia antifascista, y al canónigo Roman Scholz. Y se queda tan pancho.

Después de la guerra, en el marco del proceso de desnazificación, Zweigelt pierde sus cargos pero parece conservar aún algo de su prestigio. Un año antes de morir, en 1963 publica una autobiografía en la que, como suele suceder en estos casos, el autor pasa por encima de su pasado nazi (ya se sabe “era joven y necesitaba el dinero”).

En 1975, sin embargo, a instancias del Gobierno austriaco, la variedad Rotburger pierde su nombre y es rebautizada como Zweigelt.

En 2002, sin embargo, se produce la decisión más polémica: se establece un premio para los mejores vinos austriacos, al que se bautiza como “Dr. Zweigelt” al que se dota con una cantidad de dinero y una medalla en la que va retratado el antiguo nazi.

 


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