La LCT o el poder de la innovación austriaca

Madera
La madera: un material que vive un nuevo auge (A.V.D.)

 

¿Una torre de oficinas hecha de madera? ¿Y eso cómo se come? Tras mucho quebrarse la cabeza, un equipo de arquitectos austriacos lo ha conseguido: el resultado se llama LCT y tiene muy buena pinta. Se inauguró la semana pasada.

25 de Noviembre.- Una de las cosas que mola de Austria es que es un país chiquitillo pero muy inquieto intelectualmente.

Los austriacos, aunque tengan de sí mismos una imagen casi tan mala como los españoles, son un pueblo que se quiebra mucho la cabeza buscando cosas nuevas (particularmente, para venderlas luego: de ahí que la crisis esté siendo particularmente clemente con la economía de este país; la innovación crea valor).

Una de las cosas que los austriacos tienen clara es que, el será de lo que podríamos llamar “la economía verde”. Lo sostenible, lo ecológico. En todos los campos. Y la arquitectura, tema del que hablaremos hoy, no va a ser una excepción.

Parece que está claro que, con los tiempos que corren, la arquitectura que podríamos llamar “fálica” (o sea, la que juega a competir por ver quién tiene la torre más larga) es cosa del pasado. Asunto de jeques árabes que, como todos los nuevos ricos, se complacen en construcciones horteras en las que demostrar su poderío financiero. Unas construcciones, por cierto, que no sólo resultan de una utilidad dudosísima (quién quiere trabajar en un edificio de trescientas plantas situado en medio del desierto) sino que son medioambientalmente suicidas.

Siguiendo justo el principio contrario, se ha inaugurado en la ciudad austriaca de Dornbirn (Voralberg) la LCT (Life Cycle Tower) un edificio, en apariencia modesto, de sólo ocho plantas, pero sumamente innovador en su concepto: está hecho de madera.

La LCT es el resultado de un largo proceso de investigación que empezó en 2008 y que ha sido llevado a cabo por los arquitectos Michael Schluder y Peter Krabbe. Los dos arquitectos austriacos empezaron preguntándose por las posibilidades de construir edificios, destinados al espacio urbano, usando, o bien la madera como material constructivo primordial o bien una técnica mixta. El principio era claro: si tenemos tanta madera en Austria ¿Por qué no la usamos?

El edificio final es obra del arquitecto, e incansable promotor del uso de la madera como material de construcción, Hermann Kaufmann.

La torre de oficinas, con sus ocho plantas, sobrepasa con mucho el edificio más alto de Austria construido en madera. Tiene un revestimiento exterior de aluminio, un interior de madera y núcleo duro de cemento, ha costado cuatro millones y medio de euros, y está pensada sobre todo para ser eficiente desde el punto de vista ecológico. La industria de la construcción en Austria es la responsable, anualmente, del cuarenta por ciento del consumo energético del país. A los responsables del proyecto LCT este dato les parece una insensatez y, desde el principio, se propusieron conseguir mucho más con menos. Lo hicieron utilizando fundamentalmente dos medios: por un lado, usando madera procedente de bosques de agricultura sostenible y, por otro, estandarizando en lo posible el proceso de fabricación, de manera que la LCT es, si bien se mira, una especie de LEGO gigante.

Naturalmente, un edificio de madera plantea muchos problemas: el principal es que todos sabemos desde pequeñitos que la madera y las cerillas no se llevan bien. ¿Cómo conseguir construir un edificio de madera de estas características y que sea seguro? Por este motivo, y dado lo estricto de la legislación austriaca en lo que se refiere a las normas antiincendios, allí donde hay peligro de fuego se usa un material ignífugo: el cemento. En el resto del edificio, la madera es visible, en el interior y en el exterior, creando un entorno de trabajo mucho más amigable que en los edificios de oficinas convencionales.

Los arquitectos responsables de la LCT han demostrado que es posible. Y ahora quieren exportar la idea. A ver si lo consiguen.


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