Life of Pi

El tigre
Este no es el tigre de Pi, pero es el único que tengo en el archivo (A.V.D.)

 

Life of Pi es la película del director taiwanés Ang Lee que está siendo la sensación de la cartelera vienesa. Merecidamente, por cierto.

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7 de Enero.- Viendo ayer Life of Pi en el Apollo Kino (no sé cómo se llamará la película en español) me vinieron a la cabeza muchas cosas que voy a intentar escribir aquí por su orden.

En primer lugar, pensé que Life of Pi tiene muchísimo en común con otra película con vocación de Bestseller de esos que uno tiene en el baño: El Misterioso caso de Benjamin Button. Ese mensajito positivo tan Paulo Coelho (y que al Sr. Coelho le permite pagarse tan bien los gintonics), esa larga duración que no se hace larga y, sobre todo, una vocación confesa de demostrar que está a la última en el tema de los efectos especiales.

El material en que se basa Life of Pi, pues, no puede ser más pedestre y, a nivel literario, puede que esté al mismo nivel de esas fábulas chorras del tipo Quién se Ha llevado mi Queso. Sin embargo, en manos de un director como Ang Lee, no se nota y, merced a su grandísimo talento, pronto nos sentimos transportados por una historia que consigue arrebatarnos y emocionarnos (aunque luego, al final, uno salga del cine sintiéndose algo estafado).

Pero el mérito de Life of Pi es que, sin ninguna duda, será recordada como la primera película rodada en 3D (y mira que ya llevamos años poniéndonos gafas). Pero es que es la primera película pensada y concebida en 3D. El resto, Avatar incluida, eran películas tradicionales hinchadas, un poco como las Biblias de Gutemberg no eran en realidad libros impresos sino falsificaciones más o menos perfectas de los manuscritos que los monjes hacían en los Scriptori de los monasterios.

Puedo imaginarme a Ang Lee leyendo el guión y pensando: “vale: tengo muchísimos medios, tengo un nuevo  ¿Cómo puedo sacar el máximo partido de esos medios y de ese sistema? ¿Qué no han hecho los demás que yo pueda hacer?”

Y aquí va la respuesta:

Life of Pi está llena de imágenes compuestas para aprovechar la tercera dimensión. Por ejemplo, es una película llena de ventanas, de rejas y de barrotes, incluso hay un muelle que está compuesto de vigas cruzadas (uno de los efectos más espectaculares de la película). Hasta las sillas de la casa del protagonista (un decorado de lo más común, por otra parte) tienen huecos que parecen pensados especialmente para que el espectador tenga la tentación de meter la mano por ellos.

Por otra parte, una película moderna está pensada para ser pasada por televisión en algún momento, por lo cual está compuesta, en un cincuenta o sesenta por ciento, de planos cortos (medios y primeros planos) ¿Cómo aprovechar aquí el 3D? Ang Lee ha encontrado una respuesta tan eficaz como elegante: todos los primeros planos de los protagonistas (por ejemplo, cuando hablan sentados a una mesa) están hechos con muy poca profundidad de campo. De manera que siempre haya un objeto nítido en primer término (en este caso, el actor) y el fondo quede difuminado. Ese fondo, además, es generalmente de un color neutro (Life of Pi tiene los tonos grises más bonitos que yo haya visto en una película desde hace tiempo) con lo cual, el actor resalta más. Como si fuera el único elemento en color de una película en blanco y negro.

Y luego está el tigre, claro. El tigre, uno de los personajes más importantes de la trama, si no el más, está conseguido de varias maneras. Hay planos cortos en los que el tigre es auténtico, planos cortos, en cambio, en los que el tigre es una animación informática y planos en los que es imposible distinguir qué es: si un muñeco de bits o un tigre de carne y hueso. Y ahí está el logro: uno sólo puede saber cuál es cual en función de la lógica y no, como hasta ahora, de que el programa informático “cante”. Y no canta. De verdad que no canta. Por lo menos en el primer visionado. Y ese, yo creo que es el avance más importante de Life of Pi: la realidad virtual creible. Porque no es lo mismo crear un monstruito como los de Star Wars, que uno no ha visto nunca, a crear por medios artificiales un tigre: una criatura con la que uno está familiarizado.

Para mi gusto, sin embargo, a Life of Pi le sobra el cuarto de hora final, que es la concesión al final convencional que sin duda demandan los lectores de la novela original y que, para mi gusto, desvirtúa un poco la locura surrealista y maravillosa de las dos horas anteriores.

Una locura durante la cual, en algunos ratos, a mí se me caían las lágrimas.

Ang Lee y yo, señores, somos así.

Créditos de la música, aquí

 


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Comentarios

2 respuestas a «Life of Pi»

  1. Avatar de Thais
    Thais

    A mi también me gustó mucho la vida de Pi, pero tengo que decir que no es la primera película rodada en 3D, lo es el Hobbit!!!!!!!!!!

    1. Avatar de Paco Bernal
      Paco Bernal

      Hola thais! Quería decir -y creo que lo dije- que es la primera obra de arte en 3D 🙂

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