
Cuando los españoles venimos a vivir a Austria pensamos que, por ser ciudadanos comunitarios, no tenemos que hacer ningún trámite burocrático para asentarnos en el país. Craso error.
Nerea ha escrito un artículo preciso, inteligente y muy informativo sobre el papeleo que tenemos que acometer y quedar en paz con las autoridades austriacas y no tener que temer ni multas ni cárcel (y no es coña).
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Ya si eso, mañana
Nos contaba Larra (Don Mariano José de Larra y Sánchez de Castro, para los que le tengan menos confianza) las desventuras de aquel extranjero que vino a España a intentar solucionar unos papeles, con plazo auto impuesto de dos semanas, y acabó volviéndose a su país desesperado y sin haber resuelto nada muchos meses después. Describía así la idea que nos ronda a todos: la burocracia, en España, realmente desespera, pero en el resto de Europa debe ser una maravilla, que para eso es Europa. De esta manera, nos confiamos y nos decepcionamos al descubrir que la burocracia, burocracia es, aquí, allí y seguro que hasta en el más allá (no quiero ni imaginarme las colas).
Para intentar ayudar un poco al inmigrante que llega a Viena, ahora que los guiris somos nosotros, voy a tratar de aclarar los pasos a seguir para tener todos los papeles que necesitamos para estar legalmente registrados.
En primer lugar, cuando ya hayamos llegado y tengamos una dirección medianamente fija, tenemos que empadronarnos (el famoso Meldezettel) en la oficina del distrito donde residimos (Viena está dividida en distritos y, cuanto antes los aprendamos, mejor, porque así se orienta todo el mundo). Para saber en qué distrito vivimos, no hay más que mirar el código postal de la dirección: 1170 es distrito 17, 1010 es distrito 1, y así hasta los 23. En este enlace aparecen las direcciones de las oficinas de cada distrito. Allí llevaremos nuestro pasaporte o DNI y un papel que acredite nuestra dirección (contrato del piso o residencia a nuestro nombre o papel firmado por el dueño o el que tenga el alquiler del piso a su nombre, afirmando que vivimos allí, así como papel donde se demuestre que es el dueño o arrendatario). Todo con su fotocopia correspondiente. El formulario lo podemos rellenar allí o llevarlo de casa (lo podemos descargar de http://www.wien.gv.at/verwaltung/meldeservice/pdf/meldezettel.pdf). Y, así, obtendremos ese papelito que nos permite abrir la cuenta en el banco o hacer un contrato de móvil, por ejemplo.
Ahora bien, si nuestra intención es quedarnos más de tres meses en Austria, la cosa se complica, porque tendremos que ir a la temida MA-35 (oficina de inmigración), so pena de multa si nos pasamos de ese tiempo (entre 50 y 250€), a por otro papelito, el Anmeldebescheinigung. Para esta gestión necesitamos una buena dosis de paciencia y tenerlo todo previsto, para no tener que ir más que una vez, mucha suerte con eso.
Para que te den el papelito hay que demostrar que tenemos:
- –Identidad. Evidentemente, hay que ser alguien, así que no nos olvidemos del DNI o pasaporte.
- – Dónde vivir. Para eso nos hicimos el Meldezettel primero.
- – Seguro médico. Puede ser la Tarjeta Sanitaria Europea, que expide la Seguridad Social española, un seguro médico privado, o la e-card, si ya tenemos contrato aquí.
- –Dinero para sobrevivir. Para ello nos vale el contrato, si lo tenemos ya, o, calculando, con buen margen, a ojo, ya que depende del humor del funcionario de turno, una cantidad de cinco cifras en el banco (los decimales no cuentan). En el caso de no tener ni contrato ni esa cantidad, como podría ser el caso de un estudiante, valdría una carta firmada por los padres, y fotocopia de sus documentos de identidad, afirmando que mantienen al susodicho durante su estancia en Austria (en inglés o alemán, por favor).
No olvidar llevar todos los documentos originales y su fotocopia, para evitar tener que estar buscando la fotocopiadora por el edificio, y dinero en metálico o la tarjeta, para pagar los, aproximadamente, 30€ que cuesta el asunto. Nuevamente, el formulario a rellenar lo podemos coger allí mismo, o descargarlo de internet.
Terminado. Ya tenemos nuestros papeles en regla y podemos respirar tranquilos. Si hemos conseguido hacerlo todo a la primera y en un único viaje, tendremos la satisfacción de haber vencido a la burocracia, como ilustra este cortometraje de Juan Fernando Andrés Parrilla y Esteban Roel García Vázquez.
Nerea Leal tiene 28 años, es de Granada, estudia Arquitectura y trabaja de delineante en Krems
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