27 de Abril.- El convento de San Rupert, en el distrito 17, tiene un heuriger adosado que depende de la parroquia del mismo nombre. Es uno de los heuriger más desconocidos de Viena y de los más deliciosos. Esto es porque solo está abierto algunos días del año. En invierno, es un gusto cenar bajo sus bóvedas, de casi mil años de antigüedad (el convento fue fundado en 1042) y en verano, como hoy, beberse un vino de la tierra cobijado bajo el cielo estrellado de Viena el cual es, aunque sólo sea por lo poco que lo vemos raso, uno de los más bonitos del mundo.
Una de las tradiciones que, en Austria, se asocian a esta época del año, es el Maibaum. Normalmente, el pistoletazo de salida para esta tradición lo da la llegada del primero del mes florido. Sin embargo, en el heuriger de San Rupert han decidido plantar el Maibaum este fin de semana, sin esperar al primero de mes. Quien da primero, da dos veces.
La tradición del Maibaum es notoriamente pagana y es una celebración de la fertilidad. El tronco representa al falo del varón que fertiliza la tierra, el verde de la punta, es una obvia metáfora del glande. Las cintas rojas que se atan al árbol simbolizan la sangre y las blancas el semen.
Lo de levantar el Maibaum, por lo tanto, es cosa de hombres. En este caso, un grupo de abuelos marchosos. Generalmente, también, una vez se planta el árbol artificial, los mozos del pueblo se encargan de demostrar que están hechos unos toretes subiendo a la parte más alta y haciéndose con premios atados con cintas -salchichas, botellas de licor y otras viandas-; en este caso, no ha habido mozos escaladores. El administrador del heuriger, después de invitarnos amablemente a un chato de vino de los monjes, nos ha explicado que no ha habido forma de lograr el concurso de los bomberos vieneses para que velasen por la seguridad del evento.
Una vez terminada la labor, el señor cura del convento ha bendecido el Maibaum -tras recordarle a la concurrencia que se trataba de una tradición pagana- y le ha pedido a los de arriba que velen por las cosechas, para que se salven de la tormenta y de la devastación.
Quien quiera ver más fotos de esta bonita tradición austriaca -quién sabe si, por su zona, también habrá árboles de mayo- puede pinchar en este link.
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