Queridos amigos: como ya es tradicional, esta tarde, y aún diría que esta madrugada, porque este post se está escribiendo a las tres de la mañana, he estado de servicio cubriendo el Desfile del Orgullo Gay vienés.
Este año, la normalmente pacífica marcha que ha discurrido por la Ringstrasse ha estrenado, vaya por Dios, una desagradable novedad, suponemos que importada de tierras francesas: un grupo católico ha protagonizado una contramarcha (por lo demás, con más visos de ser el berrenchín de los intolerantes que otra cosa). Como era previsible, no han conseguido aguarle la fiesta a las personas que estaban reivindicando lo que es de justicia, en opinión de este bloguero, que se reivindique.
Para que puedan disfrutar de las fotos, recién hechitas (acabo de terminar de subirlas a Flickr) no tienen más que pinchar aquí. Sin más, con la satisfacción del deber periodístico cumplido, les deseo a mis lectores muy buenas noches.
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