Verdadero o falso: 10 historias de la familia imperial austriaca

Francisco José IHoy Viena Directo te propone un Quiz ¿Jugamos al Verdadero o Falso? Diez historias diez sobre la familia imperial austriaca ¡Demuestra lo que sabes!

1. Una educación estricta, una madre sobreprotectora y autoritaria, cierta propensión personal y el trato antinatural que conllevaba necesariamente ser la cabeza del Imperio, llevaron a que el emperador Francisco José fuera un tímido patológico, absolutamente aterrorizado ante la posibilidad de decir algo inapropiado, que tenía serias dificultades para hablar en público o para pronunciar algunas palabras de despedida después de haber sido agasajado en algún lugar. Esto dio lugar a que sus ayudas de cámara le inventaran una fórmula para que el emperador pudiera quedar bien en cualquier ocasión, la cual fue “Es war sehr schön, es hat mir sehr gefreut” (Todo ha estado muy bien, me ha causado mucho placer). La frase, con el tiempo, se hizo conocida y pasó al acervo popular y figura, por ejemplo, en la opereta “Im weise Rössl” en donde el personaje del emperador Paco Pepe hace un breve papel.

V) Verdadero F) Falso

Sissi2. La personalidad de la emperatriz Isabel se fue retorciendo y amargando con el paso de los años, hasta que se convirtió en un fantasma enlutado y triste que vagaba por Europa. Sin embargo, hasta el final de sus días, la emperatriz conservó una excentricidad que ponía en serios aprietos a los embajadores austriacos en todo el mundo: era una apasionada de las fotos de mujeres hermosas, ligeras de ropa o en actitudes digamos pícaras. Los servicios diplomáticos imperiales tenían encargado conseguir fotografías de este género que eran luego enviadas a Viena y que la emperatriz coleccionaba en lujosos álbumes.

V)Verdadero F) Falso

3. Otto de Habsburgo, nieto del emperador Francisco José, fue el miembro más longevo de la dinastía del que se tenga noticia, ya que murió en Baviera en 2012 a la provecta edad de 99 años. Como con el resto de sus antecesores al frente de la familia imperial austriaca, su cadáver fue despiezado y los trozos depositados en diferentes templos vieneses. En su caso, sin embargo, solo se hizo una excepción: el pie derecho, que en la tradición Habsbúrgica simboliza la entrada en el cielo, no fue llevado como el de sus predecesores al Stephansdom, sino que descansa junto con el pie derecho de su padre (el beato y emperador Carlos) en la isla de Madeira, en donde los dos pinreles están depositados en sendas urnas de cinc esperando el gozoso momento de volver a reunirse con el resto de sus cuerpos el día del Juicio Final.

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Maria theresia4. Se puede decir que la emperatriz Maria Theresia fue, como la Reina Victoria de Inglaterra después, “La abuela de Europa” (en el siglo XVIII, eso sí). E incluso la tatarabuela. Tan es así que, por ejemplo, se puede trazar una línea de parentesco directo entre todos los miembros de la familia real española y la famosa monarca austriaca ¿Todos? No: la única que no es descendiente de los Habsburgo es la reina Sofía cuyos ancestros pertenecían a la familia imperial alemana.

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5. Una de las iglesias más impresionantes de Viena (y, para mi gusto, una de las que tiene el interior más espantoso) es la Votivkirche. El templo se erigió para dar gracias por la curación (imprevista, ya que en la época la enfermedad era la mayoría de las veces mortal) del emperador Francisco José de una peritonitis que le tuvo varias semanas entre la vida y la muerte en el otoño de 1857. El médico que le atendió, el Dr. Gumpersdorf, por cierto, fue elevado al estatus de noble por el emperador una vez que este se restableció.

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6. Volvamos a la emperatriz Elisabeth (la cual daría, ella sola para un quiz, quizá lo haga un día). Considerada una de las mujeres más hermosas de su tiempo (probablemente, también, la que estaba peor del casco) la emperatriz se mantenía en un peso de menos de 50 Kg (con una estatura de 1,72) a base de dietas caballares que, con los años, dejaron en su cuerpo alguno de los signos que, décadas más tarde, presentarían los presos de los campos de concentración. Una de estas marcas eran los Kwashiokor, o edemas de hambre, un abultamiento característico del vientre producido por la falta de proteinas en la dieta (tan mal de la cabeza como estaba, la emperatriz llegó a alimentarse solo de naranjas y alguna cucharadita de helado de violetas, su favorito, durante meses). Cuando fue asesinada por el anarquista Luccheni, los doctores que le hicieron la autopsia encontraron que estaba severamente desnutrida y que, como en el caso de otro pirado famoso, Michael Jackson, de no haber intervenido el estilete del terrorista, la emperatriz hubiera muerto poco después de todas formas.

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7. ¡Si su abuelo hubiera levantado la cabeza! Una de las nietas del emperador Francisco José, concretamente la hija de su único hijo varón, Rodolfo, tiene una callecita en Viena (la Elisabeth-Petznek-gasse) pero no por monárquica, sino precisamente por lo contrario. La archiduquesa, en la vida civil Sra. De Petznek, fue conocida después de la guerra mundial como “la archiduquesa roja” por ser una ferviente simpatizante del partido socialista austriaco.

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Sissi8. Otra historia de Sissi: en el famosísimo retrato de Franz Xaver Winterhalter, que  mis lectores pueden ver sobre estas líneas, la emperatriz Elisabeth luce las famosas estrellas. Las recibió para su boda. Eran una decena larga, de platino con grandes diamantes engastados, y se podían montar en una diadema (de hecho Sissi las utilizó así en las recepciones y otros actos oficiales) o podían funcionar como broches u horquillas sueltas. En vida, la emperatriz Elisabeth regaló algunas a sus damas de compañía (quizá para compensarles de la tortura física que constituía servirla) y las otras las heredó Zita, la mujer del emperador Carlos (el del pinrel depositado en Madeira). En los años del exilio, cada vez que Zita de Borbón Parma estaba corta de fondos vendía alguna de las estrellas que fueron desapareciendo. En la actualidad, se conservan muy pocas (en poder del Estado austriaco) o de los herederos de las personas a las que Sissi se las regaló.

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Rudolf9. Rudolf (o Rodolfo, según la costumbre española de traducirlo todo) tuvo un final desgraciado, como todos sabemos. A su muerte, se bautizaron con su nombre toda clase de cosas. Un puente (el Rudolfsbrücke, que hoy ya no existe), un cuartel (el Rudolf Kasserne, hoy Rossauer Kasserne, en Viena), un hospital e, incluso, y aquí viene nuestra historia ¡Una variedad de mandarinas! Las Rudolfinas, que se venden en los supermercados de Austria aún hoy ¿Verdad o mentira?

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10. Terminamos por donde empezamos: durante muchos años, hasta su muerte, Francisco José tuvo “una amiga especial” (por suerte para él, en aquellos años no existía el Vanity Fair para que la señora fuera por ahí cantandolo). Se llamaba Katharina Schratt y era actriz del Burgteather. Culta, alta, buena católica y de fiar. Lo escandaloso de esto (y que nunca saltó  a la opinión pública, claro) es que la emperatriz Elisabeth estaba perfectamente al corriente de ello y que, de hecho, fue ella misma la que le buscó a Francisco José la amante y se la presentó.

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SOLUCIONES: 1V, 2V,3F (lo que está enterrado en Hungría es el corazón de Don Otto), 4V (la Reina Sofía, efectivamente, desciende de los Hohenzollern, la familia imperial alemana) 5F (la Votivkirche se erigió para agradecerle a los cielos que Francisco José sobreviviera a un atentado. Un carnicero le salvó y, eso sí es verdad, fue ennoblecido por el emperador) 6V, 7V,8V,9F,10V

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