¡Qué estrés! Como le decía a Nerea el otro día, estoy en pleno agobio porque solo he comprado un par de regalos. Hoy, en Viena a las tres, damos una serie de ideas a propósito de cosas relacionadas con Viena que se pueden regalar.
–Abonos anuales para algunos de los museos de la capital. La tarjeta anual (Jahreskarte) del Kunsthistorisches (Museo de Historia del Arte) vale algo más de treinta euros. Es un regalo muy resultón, sobre todo para esos domingos tontorrones en los que el tiempo no acompaña para salir a pasear por el campo.
-Para esos domingos en que el tiempo SÍ acompaña (y especialmente práctico, si se tienen niños) el abono anual de Zoo de Schönbrunn. Ideal para los días de primavera, en los que uno puede hacer una pausa viendo a los animalillos y comiéndose un sandwich a la sombra de los árboles del zoo más antiguo del mundo.
–Entradas para conciertos y otros actos culturales. Viena es una metrópolis cultural y hay cosas para todos los gustos. Seguro que encuentras algo que te guste.
–Vales (Gutscheine) para los spas y las termas. Viena se encuentra en un entorno privilegiado. Por el Lainzer Tiergarten corre una línea de aguas termales subterráneas que, si bien nos proporciona algún terremoto de vez en cuando, también hace que haya aguas calientes en las que relajarse. La sensación es impagable cuando, por ejemplo, fuera del agua nieva y tú estás ahí, calentico. Una maravilla.
Por cierto, todos estos regalos tienen en común, además, lo ecológicos que son, ya que enriquecen el espíritu y no causan basura innecesaria en forma de papelotes y cosas así.
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