Viena y toda Austria, en estas fechas, se llenan de árboles de navidad. Los vieneses se vuelven locos a comprar adornos para sus abetos y hay una competición (que a veces adquiere ribetes un tanto insanos) por ver quién tiene el árbol más bonito, más esbelto, más derecho y mejor decorado.
Pero ¿De dónde viene esta costumbre? ¿Cuándo se empezaron a poner árboles de navidad en los hogares austriacos? La cosa es relativamente reciente. El primer árbol de navidad de Viena se puso en 1814, tras las guerras napoleónicas. La costumbre de poner abetos decorados con cosas colgantes vino entonces de Prusia y no la importó una católica, como podría pensarse, sino una judía, la Sra. Fanny von Arnstein (1758-1818).
La dama en cuestión era una mujer brillantísima de la sociedad de su época y tenía su palacio en el Hohen Mark. En dicho palacio, tenía abierto salón y tertulia, que frecuentaban los personajes más listos de su tiempo. Uno de ellos fue el que documentó la costumbre de la Sra. Von Arnstein de la siguiente manera:
„Bei Arnstein war vorgestern nach Berliner Sitte ein sehr zahlreiches Weihnachtsbaum -oder Christbaumfest. Es waren dort Staatskanzler Hardenberg, die Staatsräte Jordan und Hoffmann, Fürst Radziwill, Herr Bartholdy, alle Anverwandten des Hauses. Alle gebetenen, eingeladenen Personen erhielten Geschenke vom Christbaum. Es wurden nach Berliner Sitte komische Lieder gesungen“.
En cristiano:
„En casa de los Arnstein hubo, a la usanza de Berlín, un árbol de navidad –o fiesta de árbol de navidad. Estuvieron allí el canciller Hardenberg, los ediles Jordan y Hoffman, el príncipe Radziwill, el señor Bartholdy, todos los familiares de la casa. Todos los presentes recibieron regalos del árbol de navidad. Se cantaron, a la moda de Berlín, canciones cómicas”.
Quien quiera leer la historia completa en alemán,no tiene más que pinchar aquí
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