Sospecho que no va a ser la última vez que escriba sobre esto, pero parece que esta vez va en serio: Viena va a tener por fin una sexta línea de metro que se llamará, paradójicamente U-5.
Según las últimas estimaciones, será necesario próximamente un incremento de esta clase en la capacidad del transporte público, porque Viena no deja de crecer. Se calcula que, en los próximos 15 años, va a haber 300.000 vienamitas más (o sea, que la población de Viena se va a incrementar en un número superior de personas de las que, actualmente, viven en Graz, por ejemplo).
Por otro lado, más allá de la nueva estación principal (Hauptbahnhof) se está construyendo un nuevo barrio, que está reventando las costuras de la ciudad por esa zona. El nuevo barrio tendrá, además de viviendas, un campus universitario nuevo.
La nueva U-5, un proyecto que lleva rondando las cabezas de los alcaldes vieneses desde los 80, empezaría en el distrito de Josefstadt, le robaría parte de su trazado a la línea 2, hasta Rathausplatz (el ayuntamiento) y seguiría de ahí por Neubaugasse hasta Favoriten (o sea, el distrito de la nueva estación central).
Como siempre, la voluntad política existe, pero una línea de metro (ya lo sabemos en Madrid) cuesta mucho dinero y no están los tiempos para andar gastando. Hace falta que, a nivel nacional, se liberen “los parneses”. De momento, los tiempos que se barajan son estos: inicio de las obras, 2018, primera puesta en marcha 2020. Vamos a ver si esta vez va la vencida.
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