¿Quiere evitar problemas con su santo/a? ¿Quiere vivir integrado en esta cultura que le acoge? Viena Directo, en su afán infinito de propiciar el entendimiento intercultural, no deja de darle nuevas pistas a sus lectores sobre cómo tratar con los aborígenes, esos desconocidos que, a veces, reaccionan de las maneras más insospechadas.
Por ejemplo esta que le ahorrará, querido lector, muchos quebraderos de cabeza a la hora de relacionarse con su pareja.
Una de las maneras que los españoles tenemos de saludarnos los unos a los otros, o, simplemente, de empezar una conversación es preguntarle a la persona qué está haciendo. Todos lo hemos hecho. Nos aburrimos y, para entretenernos, marcamos el teléfono de nuestro mejor amigo. Cuando descuelga, lo primero que le decimos es “Hola, qué haces?”
En España, la frase no tiene ningún significado y es la traducción a palabras de algo que todos hemos hecho en la infancia: tirar una pelota contra una pared para ver cómo rebota.
Sin embargo, esta frase que, en español, resulta totalmente inofensiva, tiene potencial de destrucción masiva si se dirige a un austriaco/a, que puede ver en nuestro sano interés por salir del tedio una manera de controlarle a él/ella y, quien dice controlar, dice juzgar.
En fin: si no quiere usted que le motejen de control freak o de cosas peores, absténgase de preguntar y salude a su santito/tita con un sonoro “griiis di” . Si no, aténgase a las consecuencias.
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