Hoy, empezamos una serie de “Vienas a las tres” dedicados al ocultismo y a lo esotérico relacionado con Austria y con Viena.
Quizá uno de los sitios más relacionados con lo secreto sea un edificio construido en 1902 y situado en la Minoritenplatz de Viena. Es el llamado “Archivo de Palacio y de Estado” en donde, a lo largo de dieciséis kilómetros de estanterías, se guardan todos los documentos relacionados con el reinado de los Habsburgo. Normalmente, el edificio es frecuentado por autores de libros e investigadores que bucean en el pasado de Austria pero, junto a documentos secretos de la época de la monarquía, también se guardan en este archivo legajos relacionados con el ocultismo y la parapsicología.
Como todo el mundo sabe, el siglo XVIII fue el llamado “siglo de las luces” pero también había mucho interés en lo que podríamos llamar “la zona de las sombras”. El marido de Maria Theresia, Carlos de Lorena, fue un gran aficionado a las ciencias ocultas (mañana hablaremos de todo lo que Schonbrunn esconde) pero su mujer también se interesó por ver qué había de verdad en algunas creencias populares, por ejemplo, los taltos.
En la casa de la Minoritenplatz se guardan los documentos secretos que contienen la investigación que Gerard van Swieten, médico personal de Maria Theresia hizo sobre los vampiros cuando fue enviado por la emperatriz, en misión especial, a Transilvania, para indagar sobre el tema.
En vez de calificar la cosa como superstición popular, Van Swieten dio crédito a la existencia de los vampiros, MOROI en rumano y concluyó que:
- El ejército estaba libre de esta plaga y no se conocían vampiros que hubieran abrazado la carrera militar.
- Los alemanes –austriacos- no eran atacados por los vampiros (el sabor de su sangre no parecía gustarles)
- Las personas atacadas por los vampiros hacen lo que sea con tal de salvarse, incluyendo matar al agresor.
- Los vampiros son más activos en el tiempo que va de la cuaresma a la pascua florida.
De ajos y estacas, el bueno de van Switen no dijo ni mú.
Deja una respuesta