¿Austria sin inmigrantes?

austriaco¿Qué pasaría si, hoy, 25 de Abril de 2014, los inmigrantes abandonásemos Austria?

25 de Abril.- Una de las características fundamentales de la modernidad es la globalización, la mezcla, el contamíname, mézclate conmigo, que bajo mi rama tendrás abrigo.

Y mola mucho, la verdad.

Los europeos, particularmente, gracias a la Unión Europea –el mejor invento desde que al cocinero del general Zumalacárregui se le ocurrió mezclar patatas, huevos y cebolla para hacr la primera tortilla – podemos movernos por el espacio europeo como Peter por su Wohnung y darle lo mejor de nuestro potencial a los países que nos acogen.

Naturalmente, hay personas que dicen que esto es malo (un partido austriaco, particularmente). A estas personas les vienen mal los ciudadanos que somos diferentes porque hemos nacido en otro sitio. Para ellos, lo mejor sería que los inmigrantes desapareciéramos. Naturalmente, no saben lo que dicen. Porque sin inmigrantes, Austria sería un país en el que se viviría muchísimo peor.

Los nuevos austriacos

Esta conclusión se desprende del estudio publicado por la organización “Neue Österreicher” que intenta responder a la pregunta siguiente: ¿Qué pasaría si en 2014 saliesen de Austria todos los inmigrantes? (y no solo los inmigrantes sino aquellos que, como se dice aquí, tienen “Migrationshintergrund”, o sea, que han nacido en Austria pero que no tienen la nacionalidad; en total un 19% de los habitantes de esta bonita república alpina).

Según las proyecciones estadísticas de este estudio, si Austria se quedara sin inmigrantes sería más que un quebranto muy serio para la buena marcha del país. Sería la hecatombe.

Por lo pronto, Austria perdería población. Parece obvio.

Si los inmigrantes nos fuéramos, el país se quedaría en unos magros 6.9 millones de habitantes. Pero, es más: en 2075, sin nadie que compensara el envejecimiento de la población, Austria estaría poblada por  6.2 millones de almas.

Asimismo, demográficamente las consecuencias serían desastrosas. Privada del refresco que supone la juventud inmigrante, la pirámide poblacional de Austria se convertiría en un triángulo invertido, de manera que habría el doble de personas mayores de 75 años que de niños menores de 14. Sólo 1,6 millones de personas tendrían menos de treinta años (en la actualidad esa cifra se acerca al doble).

Una economía en la autarquía (por lo menos en lo laboral)

La economía austriaca también sufriría graves consecuencias. De momento, casi todas las ramas de actividad sin excepción tendrían serios problemas para encontrar mano de obra cualificada. La medicina, la investigación, la industria, el comercio, el turismo o la salud sufrirían una enorme escasez de personal ya que, según la oficina de estadística austriaca, un 13 por ciento de los ocupados en Austria son súbditos de otros países.

Pasando a terrenos más frívolos, podría decirse que lo bueno que produce el fútbol local viene del extranjero.

Sin inmigrantes, la selección nacional austriaca se vería condenada a la mediocridad (vamos, a una mediocridad mayor que la de ahora, que tampoco es que sean Brasil ni la Roja); el equipo encogería considerablemente ya que el 36% de los jugadores es hijo de inmigrantes.

El estudio acaba, con argumentos concluyentes, con ese tópico de que los inmigrantes ocupamos los puestos que podrían ocupar los nacionales y demuestra que los “nuevos austriacos” son tan necesarios para sostener el bien común como los antiguos.

Qué pena que aún haya gente que no se ha convencido.


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