Las vacaciones de verano son una oportunidad para conquistar nuevas fuentes de placer. En este post, te propongo una !Descúbrela!
3 de Julio.- Si, por un extraño sortilegio, tuviera la oportunidad de convencer a mi yo de 2005 de que se viniera a Viena, estoy seguro de que dos de las razones que le daría (dejando la fotografía aparte) serían: una, la ópera y dos, el cine mudo.
Son dos artes vetustas ambas, que tienen muchas más cosas en común de lo que podría parecer a primera vista. Quizá, lo principal sea que, ambas, están muy alejadas de nuestros modos más normales de expresarnos y de comunicarnos con los demás y, también, que ambas exigen un cierto aprendizaje para poder ser disfrutadas. Sin embargo, una vez uno paga ese cierto peaje y abre su mente, y a uno le chupa un pie que le llamen friki (¿Me meto yo con la gente a la que le gusta el fúrgol?) tanto la ópera como el cine mudo son fuentes inagotables de placeres delirantes.
Viene Julio, el verano está en todo lo alto y con él, las vacaciones. Yo, en vacaciones, normalmente, me tomo tiempo para conquistar nuevos territorios. Así que animo a mis lectores a que utilicen este verano para aprender el lenguaje del cine mudo y disfrutarlo ¿Qué cosas hay que tener en cuenta a la hora de empezar a ver cine mudo?
-En primer lugar, que el cine mudo ha llegado muy fragmentado hasta nosotros y que las películas que se han conservado se puede decir que son una selección hecha al azar de las que se hicieron. De las películas mudas a disposición de un espectador normal (por ejemplo, las accesibles en Youtube) se puede decir que, como en todo, hay maravillas –obras maestras- y hay auténticas porquerías que han envejecido fatal. Moraleja: si la primera película muda no te gusta, no desesperes, busca más. En el cine mudo como en el otro, uno ha de formarse su propio gusto. Hay gente a la que le apasiona Torrente y gente que disfruta con Murakami o con la Nouvelle Vague. Investiga.
–En el cine mudo la música es importantísima. Tanto, como pueda serlo la palabra en el cine moderno. Así pues, busca copias de las películas mudas que tengan una banda sonora chula. Una película muda con una música de organillo Casio puede ser arruinada para siempre (estoy pensando en una copia de Nosferatu, de Murnau, que me compré una vez). Las grandes producciones mudas estaban pensadas para ser acompañadas por orquestas filarmónicas, se escribían para ellas partituras que acompañaban a la acción y la gente disfrutaba tanto de las imágenes como de las melodías que ideaban los mejores compositores para acompañarlas. Como sucede con las bandas sonoras de hoy, algunas músicas para película muda se pueden disfrutar solas, como por ejemplo, la de Metrópolis, de Fritz Lang.
-El cine mudo no es exquisito ni aburrido, y era tan pop y tan divertido y hecho para el gran público como el cine de ahora. Una de las mejores películas que yo he visto es una de amor, de Murnau, que se llama “Sunrise” (Amanecer). Una maravilla. “El ladrón de Bagdad” con Douglas Fairbanks es estupenda. “Nosferatu” y “Metrópolis”, de Fritz Lang, son tan entretenidas como cualquier película de Spielberg y, si quieres dejarte hipnotizar, no te pierdas “El hombre de la Cámara”. Yo la descubrí ayer, porque la ORF dedicó una velada al cine mudo (pusieron Metrópolis) y hacía mucho, pero mucho mucho mucho que una peli no me parecía tan apasionante, tan arriesgada y tan moderna ¡Y es de 1929!
En fin: anímate y ya me contarás.
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