Inge Morath: pasión por la imagen (3)

boca de riegoQuizá la fotografía consista en estar en el lugar adecuado en el momento oportuno. Si es así, Inge Morath lo consiguió con creces.

4 de Noviembre.- En los tiempos que corren, estamos acostumbrados a trabajar casi sin limitaciones de material. Me explico: cuando yo llegué a Austria por primera vez –fue un viaje de prueba, de un mes- aparte de mi cámara traje dos rollos de treinta y seis y dos rollos de veinticuatro exposiciones. Entre pitos y flautas, unas 120 fotos. Hoy, si no llevo un par de gigas en la cámara (por lo menos para doscientas o trescientas fotos) ni siquiera salgo a la calle.

Cuando Inge Morath empezó a trabajar con John Houston en uno de sus primeros encargos cinematográficos –fue la película Moulin Rouge, que narraba la vida de Henri Toulousse Lautrec, en 1952-, llevaba solo un rollo de película en color (bueno, hay que reconocer también que, en aquel momento, el color tenía un coste prohibitivo y no era tan fácil de manejar como ahora). Fue Houston el que le consiguió otros dos rollos de película para que pudiera cubrir el rodaje de la cinta y, a partir de ese momento, Houston e Inge Morath se hicieron muy amigos. Esta amistad entre Houston y la fotógrafa terminó, indirectamente, por salvarle la vida al director de cine.

En 1960, durante el rodaje de Los que No Perdonan, con Audrey Hepburn y Burt Lancaster (el famoso Burlan Cáster), John Houston invitó a la fotógrafa a una cacería de patos en Durango, México. Inge llevaba, como hacemos todos, la cámara siempre puesta, con el teleobjetivo colocado. Fue así, mirando por la lente, como pudo advertir a tiempo que la barca en la que iba Houston y su amigo, Auddie Murphy, había volcado. A pesar de haber sido uno de los soldados más condecorados de la II Guerra Mundial, Auddie Murphy era un nadador fatal y, cuando la barca volcó, sufrió una conmoción. Inge Morath era una nadadora estupenda –como la gran mayoría de los austriacos, por cierto- así que se quitó la ropa y se lanzó al lago en donde Houston estaba cazando. Llegó hasta los dos hombres y (aquí viene lo cómico) aprovechando el elástico de su sujetador, los remolcó hasta la orilla.

La amistad de Inge Morath con John Houston tampoco dejó de tener consecuencias en la vida de Inge Morath. En 1960, Houston se embarcó en el rodaje de un proyecto que parecía (y estaba) gafado desde el principio. Marilyn Monroe, en aquel momento una estrella en declive –en parte por que la gravedad no perdona a la turgencia de las glándulas mamarias femeninas y en parte porque Monroe era una “bocachanclas” que hablaba de sus intimidades sexuales con los Kennedy con cualquiera y además, una impresentable trabajando- bueno, pues eso: Marilyn Monroe, convenció a su entonces marido, el escritor y dramaturgo Arthur Miller, de que le escribiese una película “seria”. Se trató de Vidas Rebeldes (The Misfits).

A priori, la peli tenía todas las cartas para ser un éxito. El reparto era estelar (Montgomery Clift, Clark Gable, Monroe y, de secundaria, nada menos que Thelma Ritter), el director, Houston y el guionista Miller, sin embargo fue un fracaso enorme. El rodaje fue un infierno (sería, a la postre, la última película de Clark Gable, que ya estaba enfermo cuando la empezó) . La agencia Magnum tenía la exclusiva para documentar el rodaje, así que Inge Morath y Cartier-Bresson fueron los dos primeros fotógrafos en pisar el set.

En el plató de Vidas Rebeldes, Inge Morath conoció a Arthur Miller y, probablemente, se enamoraron. Morath debía de ser un tipo de mujer muy diferene de la conflictiva Marilyn Monroe. Tenía éxito por sí misma, era inteligente, políglota y no pensaba que los hermanos Karamazov eran dos productores de cine judíos procedentes de Ucrania, así que cuando Miller se divorció de Monroe, se casaron. Fue en 1962. Con esa boda, empezó uno de los periodos más brillantes, creativamente hablando, de Inge Morath. En lo personal, sin embargo, hubo algunas sombras.

 


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Comentarios

4 respuestas a «Inge Morath: pasión por la imagen (3)»

  1. Avatar de Celia
    Celia

    Ruego te informes antes de escribir lo que has escrito y no insultes a una persona muerta de la que al parecer no te has documentado lo bastante. Marilyn Monroe no hablaba con todo el mundo de su relación con los Kennedy te lo dice alguien que se ha leído casi todo lo escrito sobre ella y que pertenece a uno de los clubs de “expertos” en Monroe más importantes de internet. Para tu información te diré que la Monroe no era una estrella en declive por sus tetas caídas, si no porque estaba muy enferma como lo ha estado Catherine Zeta Jones (era bipolar). Es más, después de ser despedida por la Fox en el film siguiente ( porque la Fox estaba en crisis y le venía bien), renegoció su contrato cobrando mucho más y en mejores condiciones.
    Si te lees el libro de sus cartas privadas, verás que justo antes de su muerte estaba planeando junto con Marlon Brando y Lee Strasberg crear su propia productora ( por segunda vez). Me parece muy bien que no te guste Marilyn Monroe, pero no pienso dejar que se insulte a una persona que no se puede defender, y a la que admiro profundamente, a pesar de criticarle muchas cosas. Era una mujer con un pasado terrible y una madre loca, y tuvo la mala fortuna de heredar los problemas psicológicos de su madre. Junta eso, su éxito sin igual y una niñez que nadie soportaría ( no es que estuviera en un orfanato si no que iba de familia en familia por dinero).
    Segundo, Inge Morath fue al plató de The Misfits, no porque fuera amiga de Huston, si no porque Magnum mandó a todos sus fotógrafos.
    Saludos

    Celia Seguí

  2. Avatar de victoria
    victoria

    Creo que eres demasiado duro con Marilyn Monroe, persona que también llegó a lo más alto por sí misma a pesar de provenir de un entorno durísimo (era hija de una madre soltera que se volvió majara, al igual que su abuela y vivió en montones de familias adoptivas que la maltrataron, eso cuando no estaba en algún orfanato). Y que se iba de la lengua ya lo sabemos todos. Lo pagó con su vida, ya que, según las últimas investigaciones, su psiquiatra se la cargó por orden de los muy admirados hermanitos Kennedy. Y mi opinión sobre Arthur Miller como padre, me la reservo, puesto que supongo que seguirás hablando de él en la próxima entrega y no quiero desvelar ciertos acontecimientos. Con todo, mi total admiración para esta gran fotógrafa.

  3. Avatar de Elena Wallner
    Elena Wallner

    Sí, fuertecito como te metes con la pobre Marilyn. Despectivo y de mal gusto.

  4. Avatar de Elena Wallner
    Elena Wallner

    Por cierto, Vidas Rebeldes está considerada como uno de los grandes clásicos del cine y lo es. Película de gran calidad actoral y de dirección. También Marilyn está estupendísima.

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