Por quién doblan las campanas

JusticiaUn ciudadano de Linz, harto de sufrir lo que él considera un nivel de ruido intolerable, ha demandado al clero de la catedral

8 de Febrero.- Mientras estoy escribiendo esto (son las seis y veinticinco de la tarde), están doblando las campanas en una iglesia cercana a mi domicilio. Probablemente se trate del templo que se encuentra en la Wiednerhauptstrasse. Personalmente, encuentro bonito el sonido de las campanas, así, lejanas, en sordina, como yo las oigo ahora. Me dan paz. Sin embargo, tengo que reconocer que, si viviese un poco más cerca de la Iglesia y estuviese, por ejemplo, en el momento más emocionante de una película o simplemente sesteando con un documental sobre la segunda guerra mundial de los que menudean en la tele, pues la verdad, me daría bastante por saco que los señores de la iglesia se sintieran en la necesidad de anunciarle al mundo que, en cinco minutos, empieza la función.

Por suerte, en Viena se respetan muy escrupulosamente las horas de sueño de la gente y por la noche no suenan las campanas.

La pesadilla de Herr Lassy

No en todas partes es así y en Linz, por ejemplo, las campanas de la catedral doblan siguiendo las horas canónicas y anunciando todo tipo de acontecimientos importantes para los fieles: desde la fiesta mayor al toque de difuntos cuando el alma de algún linzeño emprende el viaje para encontrarse con su creador o, en el peor de los casos, con Pedro Botero y sus boys.

El toque de las campanas de la catedral de Linz y sus perniciosos efectos sobre la salud de las personas (por la contaminación acústica) han motivado que el Sr. Wolfgang Lassy, arquitecto, residente a 75 metros en línea recta del templo, haya puesto una denuncia a la Iglesia para instar a los del equipo Vaticano a que las campanas o bien se callen para siempre (a nadie se le ocurririría que las representaciones de un teatro o las sesiones de un cine se anunciasen de manera semejante) o bien se atengan a unos horarios que respeten un poco las horas de descanso de las criaturas. Y es que, entre las diez de la noche y las seis de la mañana, las campanas de la catedral de Linz tañen nada más y nada menos que 222 veces (solo a media noche, veintiocho veces talán talán).

Vivir con la aspiradora encendida

Según las mediciones del demandante, en el dormitorio de herr Lassy se puede medir un nivel de ruido de entre 68 y 70 decibelios y eso cada cuarto de hora, de día y de noche (para que nos hagamos una idea, es el ruido que hace una aspiradora y, un poquito más alto, la sirena de un coche de policía).

La querella de Herr Lassy contra la Iglesia se admitió a trámite el otro día. Entre las partes, se nombró un mediador, para intentar llegar a una solución consensuada y no tener que ir a juicio. De momento, las partes tienen tiempo hasta abril para intentar llegar a un acuerdo.

Parece, en cualquier caso, que el mediador lo va a tener complicado. De manera que está muy poco en consonancia con el espíritu comprensivo que debería animar a cualquier cristiano, el párroco de la catedral dio a entender que herr Lassy es demasiado delicado y que las campanas de la catedral de Linz llevan sonando más de cien años al nivel actual y que a nadie, hasta el momento, le ha parecido mal.


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Comentarios

3 respuestas a «Por quién doblan las campanas»

  1. Avatar de Sandra
    Sandra

    ¡Con la Iglesia hemos topado!,comprensiva siempre…..Toda la suerte del mundo para el señor de Linz,hay que ser de “cascos flojos” para hacer sonar campanas a esas horas…Aquí en Hall me gusta cuando suenan,ahora ni se les ocurra hacerlo a las 3 de la madrugada que saco toda la furia de volcanes de mi tierra:-)

  2. Avatar de victoria
    victoria

    No me parece muy razonable que las campanas suenen a partir de las diez de la noche. Yo vivo cerca de una iglesia y me costó bastante acostumbrarme a que sonaran a partir de las nueve de la mañana y hasta las diez de la noche, que se puede considerar un horario “normal”. Las noches son para dormir, y respecto a las tradiciones, en fin, que antes quemábamos brujas y herejes y ahora pues no, que no todas las tradiciones tienen por qué continuarse realizando. ¿O no?

  3. Avatar de Ana
    Ana

    Dame la dirección de Herr Lassy, que lo voy a invitar a mi casa una semana. Cuando descubra el inmenso placer del ruido del bar de enfrente (que abre de 5’30 a 1 o 2 de la mañana todos los días del año), sobre todo, sus encantadores clientes aparcando en la puerta de mi garaje, hablando a grito pelado a las 6 am y pegando portazos al salir del coche, más los proveedores descargando barriles de cerveza metálicos, en la puerta de mi garaje también, (pasándose las placas de vado por el forro y olé) a eso de las 7.20 am, va a pensar que vive en un país civilizado y que los campanazos son música celestial. Yo no sé cuántos decibelios habrá, pero seguro que aquí se pasan los 70. Y la última vez que llamé a la policía local para quejarme, me dijeron que no podían venir, que estaban en las procesiones. Tócate los… y jódete.

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