Problemas en la red

El chico del ordenadorLo que puede dar de sí un corte de internet…

4 de Marzo.- Querida Ainara (*) : hoy, mientras estaba sentado en mi casa, frente al ordenador en el que te estoy escribiendo esto, no cesaban de ocurrírseme metáforas a propósito de lo que representa, en la vida de nosotros y en la de la sociedad, esta máquina sin la cual la existencia se nos ha hecho imposible. Pensaba, por ejemplo, que cada ordenador es una neurona que, al conectarse, forma parte de un gran cerebro mundial, que nos ha hecho dar un salto de gigante en las últimas décadas (para lo bueno, y para lo malo, porque en esto del cerebro está también el llamado “Big Data” y la posibilidad de procesar grandes cantidades de información sobre todas las materias posibles y hacer que lo privado, por ejemplo, sea cada vez un concepto más amenazado).

En realidad, Ainara, hoy en día, y al contrario de lo que sucedía en mi infancia, un ordenador no sirve de gran cosa si no está conectado a la red.

Es, qué duda cabe, una calculadora rapidísima. Es también una manera de procesar y archivar fotos. Es una máquina de escribir. Es un reloj si se quiere. Pero si no está conectado a internet, uno no puede comunicar con otros los resultados de las largas horas que pasa delante de la máquina. Tanto en el trabajo, como en el placer. Y, más peligroso, no puede acceder a todas las cosas que tiene guardadas en algún punto de lo que se suele llamar “el ciberespacio” pero que, en realidad, debe de ser algún lugar físico, en donde duerme la memoria de la Humanidad.

Hemos llegado a pensar que internet es una cosa como el agua que sale del grifo o la luz que se enciende cuando apretamos un interruptor y, al pensar que internet es una cosa casi como un recurso natural, hemos dejado de tomar precauciones para no perder la información que subimos a la red porque pensamos que, en cualquier momento, estará ahí, disponible, como cuando nosotros la subimos. Yo, sin embargo, que provengo de una época en que se hacía copia de seguridad de todo, por si el ordenador se nos moría, o por si el programa cambiaba o, simplemente, por tener la tranquilidad de tenerla hecha, tengo pesadillas al pensar que, en algún punto, los servidores de Flickr se estropeen y, con las de otros que almacenan fotos de perritos o de gatitos (o de perritas y de gatitas, que es el uso mayoritario que mucha parte de la Humanidad le da a internet) se vayan a la porra mis archivos y se pierdan en un limbo de ceros y de unos a donde vayan a parar todos mis recuerdos. Yo sí que tengo copia de seguridad de todo, claro, pero quién sabe la vida útil de una memoria externa.

He pensado también, Ainara, en imprimir todos los artículos que escribo todos los días porque de ellos sí que no queda, aparte de mi copia personal en mi ordenador (y del duplicado que tengo) más rastro que lo que está subido en la red.

Algunos científicos dicen que se acerca una época oscura y que estos años, en algún momento, se convertirá en un agujero negro de la información porque los datos, irremediablemente, se perderán, porque no quedará ningún soporte físico de ellos. Yo, por si acaso, voy a empezar a imprimir fotos.

Besos de tu tío

(*) Ainara es la sobrina del autor


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