Historias de (des)aparecidos

MathildeMi gata Mathilde ha desaparecido. Quizá mi experiencia en este triste caso le pueda ayudar a alguien en el futuro, por eso la cuento.

24 de Junio.- Cuando pienso en lo que es Viena Directo, quiero creer que es una especie de ventana abierta por la que entra la vida. Cada día, hay muchos lectores que me hacen el favor de asomarse a esa ventana. Con la mayoría de esas personas yo creo que congeniaría, porque, como decía el romance del conde Arnaldos, “yo no digo mi canción sino a quien conmigo va”.

Cuando uno se asoma a la vida en esas condiciones, hay días –la mayoría, a Dios gracias- en los que uno ve cosas agradables y hay otros días, como hoy, en que se ven cosas algo más tristes.

Pero incluso de las cosas más tristes se puede sacar siempre algo bueno (otra de las señas de identidad de este blog) aunque solo sea que, quien se enfrente a la misma situación, no tenga que empezar totalmente de cero.

Desde ayer, a eso de las nueve y media de la noche, mi gata Mathilde falta de casa. Ni ayer por la noche hasta la una, momento en que desistió la brigada de buscadores, ni durante todo el día de hoy se ha podido dar con huellas de su paradero. Los vecinos han ayudado revolviendo su casa por arriba y por abajo, por si hubiera algún indicio. No se pudo hallar tampoco ninguna señal que indicara que había sucedido algún percance –yo vivo en un piso alto y podría haberle fallado la proverbial capacidad felina de andar por las alturas-, tampoco se ha presentado –de momento- por su propio pie. Se nos han terminado las ideas, la verdad.

Lo que más inclina a pensar que le ha podido pasar algo es el hecho de que Mathilde fue madre hace tres semanas. Como primera providencia, ha habido que buscarle a los cachorritos un sustento. El veterinario ha dictaminado que, dentro de su situación de orfandad (esperemos que provisional) los cachorritos tenían buenas perspectivas. La desaparición de su madre ha sucedido cuando encaraban la cuarta semana de vida, por lo cual era probable que ya pudieran comer solos.Así que se ha montado una “nursery” y, después de algunas dudas, los hijos de Mathilde y Stanislaus (el padre, que se está portando como ya quisieran algunos padres humanos) se han iniciado en el consumo de leche gatuna por biberón.

Resuelto el problema logístico, aunque aún con el vacío en el estómago que supone la desaparición de un miembro de la familia –quien tenga animales me entenderá- tengo que decir que lo mejor de estas cosas es que uno se da cuenta del cariño que le tienen. Y eso, dentro de la tristeza, es impagable. Han sido innumerables los mensajes de ánimo y las recomendaciones que he recibido en estas horas. Quisiera desde aquí agradecer a todas y cada una de las personas que ya sea en el anuncio que he puesto en Facebook o por mensajes privados, se han puesto en contacto conmigo. No tengo palabras para dar las gracias y no quisiera tampoco caer en “Rociojuradismos” ni “Raphaelismos” pero de verdad que os llevo en el fondo del corazón.

Para aquellas personas que, en el futuro, pasen por un trance semejante y no sepan por dónde empezar, dejo aquí el enlace a la protectora de animales de la ciudad de Viena, que tiene una lista de animales encontrados; también dejo el enlace a la facultad de veterinaria de la Universidad de Viena, así como a Tier Quartier. Yo, he puesto carteles por todo mi barrio, y espero que Mathilde aparezca dentro de poco. Somos muchos los que la echamos de menos.

 


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Comentarios

2 respuestas a «Historias de (des)aparecidos»

  1. Avatar de victoria
    victoria

    Paco, lo siento muchísimo. Ánimo, que verás como tu gata aparece pronto.

    1. Avatar de Paco Bernal
      Paco Bernal

      Gracias Victoria! Al final apareció 🙂 Gracias a Dios

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