Karl Lueger: de profesión, sus antisemitismos (1)

Rathaus WienRepasemos hoy juntos la historia de una tipo que, incomprensiblemente (o quizá no) gozó de gran popularidad en su época: Karl Lueger, alcalde de Viena

11 de Julio.- „…Del mismo modo, tuve la ocasión de conocer lentamente al hombre y al movimiento que decidía en aquellos momentos el destino de Viena: el Dr. Karl Lueger y el partido cristiano-social. Cuando llegué a Viena, yo estaba en contra de los dos. Tanto el hombre como el movimiento resultaban a mis ojos “reaccionarios”. Un elemental sentido de la justicia me llevó a variar este jucio de manera drástica, cuando tuve la oportunidad de conocer al Hombre y a su Obra, y lentamente creció con justicia mi sentimiento hacia la más rendida admiración. Hoy, veo en el Hombre –se refiere a Karl Lueger- al alcalde alemán más grande de todos los tiempos”.

Las palabras con las que se inicia el post de hoy se deben a Adolf Hitler y están extraidas de Mein Kampf (la mejor carta de presentación con la que puede soñar un hombre, ¿Verdad?). Por cierto, el estilo de la traducción corresponde al granítico del de Braunau am Inn el cual no era, precisamente, un Castelar. En fin.

¿Por qué las traigo a colación? Ayer, salió en Viena Directo un personaje austriaco del que siempre he hablado de refilón: Karl Lueger. Lo definí como “un pieza” (y me quedé corto) y como un antisemita que podría considerarse una especie de “protonazi”.

La curiosidad del bloguero se despierta

Un amable lector, subitamente preocupado por lo deficiente de mis conocimientos sobre la auténtica personalidad de Karl Lueger, pasó a tratar de instruirme sobre los logros del alcalde vienés (logros que fueron, si se toma un ejemplo español, muy al “gallardonesco modo” y si se toma el ejemplo austriaco muy a la Haider) y, como suele suceder, al tratar de instruirme este lector despertó en mí una curiosidad muy aguda sobre Karl Lueger, que me llevó a ampliar lo que ya sabía de él.

Dejaremos a un lado a Gallardón, cuya mención no hace demasiado al caso en un blog sobre Viena y diremos que Karl Lueger tuvo en común con Jörg Haider que la mayoría de las grandes obras públicas con las que consolidó su popularidad se realizaron a costa de un tremebundo endeudamiento del erario público; aparte de eso, Lueger, como Haider, fomentaron conscientemente un culto a la propia personalidad que fue un elemento esencial en su estilo de ejercer el poder.

Además, como ambos compartieron el destino de una muerte prematura (Lueger murió a los 65 como consecuencia de la diabetes) y, después de su muerte, se produjeron graves convulsiones en el panorama socioeconómico austriaco –más profundas en el caso de Lueger, por la desaparición de la monarquía austrohúngara- ese culto se prolongó y se prolonga hoy, de manera que Karl Lueger, “Karl el guapo” como le llamaban sus seguidores, sigue gozando de una buena fama absolutamente inmerecida teniendo en cuenta que, en vida, fue un tipo de lo menos recomendable –exactamente igual de Haider-.

Franz Joseph

El antisemitismo de la derecha austriaca de entresiglos

En el panorama de la derecha y la ultraderecha austriaca de las postrimerías del imperio, el antisemitismo era un sentimiento que hacía hervir la sangre –y los caletres- de políticos y votantes.

Este feo prejuicio se reforzó porque muchos de los puestos prominentes de la naciente socialdemocracia (la bestia negra de los conservadores austriacos) estaban ocupados por judíos y, además porque los judíos, que contaban con una acrisolada tradición en el ejercicio de las profesiones liberales, eran vistos por muchos gentiles –particularmente por los de clase social más baja, como Adolf Hitler– como personas que gozaban de una preminencia social injusta.

De la tríada de antisemitas furibundos de aquella época, Karl Hermann Wolf (Movimiento Nacional Alemán) y Georg von Schönerer (de la Unión de los Alemanes Originarios), Karl Lueger fue el único que utilizó el antisemitismo como herramienta exclusivamente política, como instrumento puro y duro de medro personal. La historiadora austriaca Brigitte Hamann, una autoridad mundial en la época en la que vivió Karl Lueger, no duda en decir que, aunque Karl Lueger no mató a ningún judío, desde luego fue el ideólogo de la furia asesina posterior, porque se encargó de avivar en su propio beneficio los prejuicios antisemitas que había en los sectores más mastuerzos de la sociedad vienesa de su época ¿Cómo lo hizo? Lo veremos próximamente.

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