Madera de líder

líder¿Un líder nace o se hace? ¿Es una cualidad congénita o se puede aprender? Viena y sus gentes tienen la respuesta.

22 de Julio.- Querida Ainara (*) : quien me conoce, puede ver sin ningún problema que soy una persona extrovertida. Me gusta mucho hablar de lo que me pasa y creo que, dentro de lo que cabe, soy bastante transparente. Y si no transparente totalmente, digamos que lo que dejo traslucir es que soy un hombre inofensivo y pacífico que vive jovialmente y procura dejar vivir del mismo modo.

Sin embargo, Ainara, creo que también hay mucha gente a la que los árboles no le dejan ver el bosque en el sentido de que a mí, casi más que contar y charlar, la parte que más me gusta es la del espectador, la del que escucha. Nada me complace más que una buena historia. Si es posible, una historia que ponga de manifiesto algún aspecto de la realidad en el que nadie haya reparado antes. También me gusta mucho encontrar pautas y semejanzas en donde nadie más las ve. Mis amigos se ríen mucho con mis comparaciones, supongo que porque de vez en cuando me salen bastante personales.

El otro día, caminando por estas calles, yendo o volviendo del gimnasio, pensaba yo que, precisamente por ser una persona relativamente conocida entre la comunidad de españoles que viven en Viena y porque, de alguna forma, la gente siente la inclinación a contarme sus historias (sabiendo que, naturalmente, seré discreto con la información) y dado también que la comunidad de españoles que viven en Viena es ciertamente bastante manejable, la vida me ha colocado en un balcón único para reflexionar sobre el comportamiento de una muestra sobre la que aún se puede tener una perspectiva que permita sacar conclusiones.

Pensaba yo en que, cuando una comunidad de personas alcanza un determinado tamaño (yo diría que por encima de los veinte indivíduos) es inevitable que se formen grupos y que esos grupos tienen uno o varios líderes. Pensé entonces en alguna de las personas que, me consta, empiezan a tener (a veces sin saberlo) un cierto papel de liderazgo en esa muestra de la población de Viena.

Pensé ¿Qué tienen en común esas personas? ¿Qué cualidades forma un líder en una estructura tan informal como la de un grupo de emigrantes que se reúnen de vez en cuando? Entiende la palabra líder, Ainara, en el sentido menos agresivo que se te ocurra, porque en este caso no se trata de liderazgos políticos y empresariales, sino de la capacidad de aglutinar a una serie de personas, de tener un cierto ascendente, lo que se podría llamar “autoridad” (en el sentido de la “auctoritas” antigua) frente a ellas.

Analizando la cuestión, pensé que estas personas tienen, ante todo, una inteligencia emocional por encima de la media. Mantener la cohesión de un grupo implica armonizar puntos de vista a veces muy diferentes, hacer que cada persona encuentre su sitio y se sienta agusto en ese sitio. Quizá sea eso lo que “irradian” los líderes y lo que induzca a determinadas personas a pensar que el liderazgo es una especie de baraka, una cualidad congénita de la gente. También (y esto es muy importante tratándose de los españoles), las personas que tienen capacidad de liderazgo se comportan de forma especialmente distendida, son humildes (la famosa y engañosísima “sencillez” de la que durante mucho tiempo pudo hacer gala el rey padre) pero, al mismo tiempo, las personas les reconocen una posición que está por encima del común. Por otro lado, un liderazgo, para que dure, tiene que ser flexible. El líder, el que ejerce un liderazgo sano, es todo lo contrario de un dictador, sino que es un armonizador de propuestas. Un buen líder tiene algo de guardia de tráfico que regula la entrada y la salida de unos y de otros.

En fin…Para que veas, Ainara, en lo que se entretiene tu tío.

Besos


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.