Buskers 2015

Un año más, se ha celebrado en Karlplatz el festival Buskers de arte callejero. Sigue mañana, por cierto, por si queréis ir.

12 de Septiembre.- Cada vez que paso por allí, y que tengo que hacer fotos allí, pienso lo mismo: Karlsplatz necesita un plan urgentemente.

Es cierto que, desde tiempo inmemorial, incluso desde el tiempo en el que había ubicado allí un cementerio, como contábamos el otro día, la zona de Karlsplatz era una especie de tierra de nadie urbana. Una amalgama de componentes civiles heterogéneos y colocados de cualquier manera en un espacio que debe de tener como un kilómetro cuadrado. Componentes que van desde lo señorial del Musikverein hasta la Kunsthalle pasando por el edificio de la biblioteca de la Universidad Técnica, con su lechuza, signo de la sabiduría, tan práctica a la hora de quedar con personas desconocidas.

Al ser Karlsplatz un espacio tirando a desangelado y sin una gran personalidad, eventos como el que se desarrollan hoy 12 y mañana 13, tienen su aquel, porque convierten lo que normalmente es un espacio humano que no sabe qué hacer consigo mismo, en una especie de escenario a la intemperie que hace que, por unos días, se llene aquella plaza con algo parecido a la calidez.

El festival Buskers, que se celebra anualmente en Viena, está pensado para exhibir arte que se hace en la calle y, como tal, es forzosamente irregular. Hay años en que los artistas que vienen son buenísimos -como el pasado- y años en los que, esas misteriosas criaturas transhumantes que son los cómicos de la legua, deciden no pasar por Viena (o la musa que les asiste decide tomarse vacaciones e ir a ver a Justin Bieber, a ver si lo redime) y los resultados de las actuaciones son más bien discretos -como este año-.

En cualquiera de los dos casos el festival Buskers resulta una fiesta para el fotógrafo porque, bien sea porque el interés esté entre el público o en los escenarios, resulta una despedida del verano más que digna.

Todos los años, la luz que más me gusta de Viena, esa luz dorada de finales de la tarde, se despide con el Buskers. A partir de ahora y hasta la primavera que viene, los amantes del sol fotográfico, que millares brilla en lanzas de oro, como dice la canción del sembrador, nos tendremos que conformar con migajas.

Mientras tanto, pues aquí dejo algunas fotos que he hecho hoy. Mañana, más.