Espejos deformantes

cartel FPÖUno de los fenómenos de distorsión que provoca la presencia de la ultraderecha es el de empujar el debate de los demás partidos hacia su terreno. Algunos ejemplos.

24 de Septiembre.- Uno de los fenómenos de distorsión que la presencia de una ultraderecha como la austriaca representa en la vida política de un país es que, a base de romper tabúes, empuja el debate público hacia terrenos en los que, en condiciones normales, los partidos llamémosles „normales“ no hubieran puesto nunca el pie.

La presente campaña a la alcaldía vienesa no es la primera en la que esto sucede.

En las últimas elecciones, el que se define como „partido social patriótico“ empujó el debate hacia el uso del alemán en los colegios. Si uno escuchaba a algún político del FPÖ o leía algunas piezas inenarrables de la propaganda electoral con la que este partido recavaba el voto del sufrido ciudadano, uno hubiera podido pensar que Viena era una especie de segundo Beirut en donde los pobrecitos niños austriacos, con el pelo rubio, los ojos rubios, los dientes rubios y todo rubio, estaban siendo acogotados por Mojamés que les hacían el vacío en el recreo si no hablaban en turco, en checheno o en Albano-Kosovar.

Aunque lo anterior no sea verdad, hay un nutrido grupo de austriacos lectores del Kronen Zeitung y de otros papeles semejantes que piensan que así sucede, y el FPÖ, con su propaganda, apunta directamente a ese estrato de la población.

Naturalmente, los partidos llamémosles „normales“ también tienen parte de su masa de votantes en ese núcleo duro de simpáticos ciudadanos irreductibles a la letra impresa; por lo tanto, el éxito del FPÖ les hace temer por perder su cuotaparte de lo que podríamos llamar el voto „Homer Simpson“ y, por lo tanto, se ven en la incómoda posición de chupar rueda de la ultraderecha que es la que toma la iniciativa de abrir el melón de según qué cosas.

En las últimas elecciones a la alcaldía vienesa, naturalmente, el mundo, como cantaba María Jiménez, era otro y no había, por ejemplo, crisis de refugiados. Aún así, el FPÖ consiguió que el debate se apartase de todo lo que nos interesa a los vieneses (lo que hace, fundamentalmente, que esta en la que vivimos sea la segunda ciudad en calidad de vida del mundo) para dilucidar si era o no intolerable el grado de uso de la lengua de Hansi Hinterseer en los patios de los recreos. Increible pero, desgraciadamente, muy cierto.

Otra de las cosas de las que se aprovecha la ultraderecha (y me ha salido un pareado) es del efecto de creación de realidad que tiene el lenguaje.

No, no asustarse, que es fácil. Es eso que el refranero popular dice con lo que „cuando el río suena, agua lleva“. Pongamos un ejemplito: supongamos que hay alguien por ahí que me tiene inquina y que consigue que llegue a un público masivo algo sumamente improbable a propósito de un servidor de todos sus lectores. Por ejemplo que, cuando vivía en España, me dedicaba a asaltar bancos con una media de rejilla puesta por la cabeza y que, así, conseguí hacerme con un capital que utilizo para traficar con cigarrillos de la risa. Supongamos que yo, para defender mi honor („para limpiar nuestro honor/ la mancha que nos agravia/henos aquí/henos de pravia“, ver La Venganza de Don Mendo) acudo al juez y, naturalmente, se demuestra mi inocencia. Aún así, habría un grupo que pensaría aquello de „ya,ya, cuando el rio suena…“ y mi reputación, a pesar de ser todo un infundio, quedaría manchada para siempre.

Del mismo modo, imaginemos que un lector del Kronen Zeitung lee hoy que el FPÖ ha dicho que todos los extranjeros son (somos) unos criminales (cita requerida: de la última propaganda electoral del FPÖ refiriéndose a la supuestamente brutal tasa de criminalidad de Viena: „los criminales, procedentes casi exclusivamente de los países del este y del sur de Europa así como de la región del norte de áfrica, se han asentado en nuestro país como „pobres, perseguidos demandantes de asilo“ y aquí, en la capital federal, se han instalado confortablemente“; por cierto, les recuerdo a mis lectores españoles que, a ojos del FPÖ todos somos presuntos criminales venidos „del sur de Europa“).

Sigamos: si alguien lee esto y luego mira por la ventana y ve que la chica que cuida a sus niños en la guardería es, un suponer, croata, la primera vez pensará „vaya gilipolleces que dice el FPÖ, con lo maja que es esta muchacha“.

La segunda que lea alguna cosa semejante sobre todo si, supongamos, la cuidadora le ha dicho que sus niños no pueden comer chuches en la escuela, y esto le ha escocido, el lector de la propaganda del FPÖ pensará „ya: quizá no todos los extranjeros sean unos piezas, pero alguno que otro sí que hay“.

Si los mensajes se multiplican y hay alguien que no cesa de decir que los extranjeros son (somos) personas que vienen a trabajar casi de gratis solo con el ánimo perverso de perjudicar a los nacionales, que nos aprovechamos de las ayudas sociales, que utilizamos las tarjetas sanitarias de nuestros familiares, que cobramos la pensión de la abuela que lleva muerta desde 1965,que estamos prácticamente programados desde la cuna para el fraude, pues llega un momento en que hasta el santo Job podría creer cualquier cosa.

Por ejemplo, que todos los pobres refugiados son agentes infiltrados del Estado Islámico y que los niños de pecho llevan una granada escondida debajo del pañal y que qué hace el alfeñique del canciller para protegernos de ese peligro inminente que amenaza nuestras casas y nuestras haciendas.

¿De quién es la culpa de que este mecanismo, que es tan viejo como el mundo, siga funcionando? ¿Del deterioro del sistema educativo? ¿De que, en todas las sociedades, hay un cierto número de indivíduos en la frontera de…bueno, en la frontera?

Yo no lo sé. Lo que sí que tengo clarísimo es que, entre ellos, no se encuentra ningún lector de Viena Directo.

Y eso, señora, es un alivio.


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Comentarios

2 respuestas a «Espejos deformantes»

  1. Avatar de elisa
    elisa

    En Viena no sé, pero aquí en Oberösterreich causan furor. Nosotros tenemos elecciones este domingo y parece que en mi ciudad y Gemeinde, Wels, van a ganar de calle. En el Bundesland todo apunta a que tienen muchas posibilidades… Lo más sorprendente del tema es que no sólo se nutren del voto de los prolós/homersimpson, sino que tienen una gran parte de electores que son gente muy formada. Yo personalmente tengo varias amistades, entre las que hay jueces, medicos, abogados etc, votantes y afiliados a esta panda. A mi me sorprende que gente cultivada se deje engatusar con esta propaganda y argumentario baratos peeeeeero es lo que hay. Sin ir más lejos el otro día mi amigo el juez con respecto a los refugiados me espetó “ich will nicht islamisiert werden”. Todo un señor doctor en derecho esgrimiendo un argumento tan peregrino… He de decir que a mi, a pesar de venir de un país de esos del sur de Europa nunca me han hecho de menos, ni acusado de nada y ante mi “yo soy inmigrante”, siempre me han contestado “pero lo tuyo es distinto” (ergo entiendo que lo que no les gusta son los vagos y maleantes,cosa normal, o sólo quieren quedar bien conmigo). Mi sincera opinión es que lo cortés no quita lo valiente y estos tienen más peligro que un mono con una caja de bombas.

  2. Avatar de Jaime López Ortega
    Jaime López Ortega

    Hoy la nota humorística que casi siempre incluyes en tus artículos es superior:
    “…cuando vivía en España, me dedicaba a asaltar bancos con una media de rejilla puesta por la cabeza…”
    Fantástico, te imagino de esa guisa y me da la risa floja.
    En cuanto al fondo del artículo, pues sí, creo que llevas razón. El partido de marras se escuda en la generalización para colocar a todo lo extraño a la misma altura, y al final somos personas individuales, cada cual con sus defectos y virtudes.

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