Cuatro sitios terroríficos de Viena (especial Halloween)

ZombiEste fin de semana es Halloween, así que ofrecemos un par de ideas para aquellos lectores de Viena Directo que tengan gusto por el susto.

30 de Octubre.- Este fin de semana se festeja la fiesta de Halloween, momento del año en que, siguiendo la costumbre americana (importada, a su vez, de Europa) los esqueletos y las tumbas son los protagonistas de un carnaval en donde la sangre falsa y las calabazas hacen que todos nos burlemos un poco de una cosa tan seria como es la muerte y el miedo que nos da.

Aprovechando la ocasión, vamos a hacer un repasito de aquellos sitios de Viena que pueden visitar aquellos de mis lectores que cumplan las tres condiciones necesarias: a) nervios de acero para enfrentarse a muertos y aparecidos b) estómagos asentados (porque algunos de estos sitios no son aptos para gente con el asco fácil) y c) gusto por el susto.

Empezamos pues:

1. Cuando los austriacos quieren decir de alguien que es muy rico dicen que lo es „apestosamente“ ¿Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino? Se preguntará el lector no avisado. Pues esta expresión tiene su origen en el primer sitio del que vamos a hablar hoy: se trata de la cripta que hay bajo la Iglesia de San Miguel (Michaelerkirche) en pleno centro de Viena. Era la Iglesia más cercana al Hofburg, que es tanto como decir que era la iglesia más cercana al emperador, así que también era el sitio con más glamour para ir a parar una vez que a uno le entraba el inevitable fallo multiorgánico que termina con todos nosotros. La cripta de la iglesia está debajo del templo y es de un tamaño, como el templo mismo, modesto, con lo cual siempre estaba superpoblada de cadáveres recientes. Los efluvios de la descomposición (en aquellas épocas de olores asquerosos) subían al templo y la gente podía sentir por ella misma a qué olía la carroña de los más ricos de la tierra. Curiosamente, la cripta de la Michaeler Kirche goza de un microclima privilegiado que deseca los restos mortales y ralentiza la descomposición. Dan fe de ello las momias que se guardan allí, en sus ataudes barrocos. Entre ellas, la de uno de los libretistas de Mozart. Al lado del ataúd, como era normal en su época, hay una urna cerrada herméticamente con las entrañas del difunto, las cuales, a decir de quienes las han visto continúan líquidas después de casi trescientos años y tienen una consistencia parecida a la compota de manzana.

2. Si mis lectores tienen también ganas de tener un aperitivo de lo que será su existencia (o su no-existencia) dentro de los proverbiales cien años, pueden acudir al Zentralfriedhof, en donde se encuentra un museo dedicado a las artes funerarias. A cambio del precio de la entrada, no solo podrán ver muchas fotos de muertos, máscaras mortuorias etcétera, sino que además podrán probar tres ataúdes de los que se guardan en el museo.

3. Si son de estómago robusto, mis lectores pueden acudir al que sin duda es el museo más asqueroso y fantasmal de Viena: la Narrenturm. Fue construida en tiempos de la vida de Mozart y el edificio, en sí mismo, es un tesoro de símbolos cabalísticos y relacionados con lo oculto (lo conté, en su momento, en este post). En principio, era un manicomio pero hoy en día alberga 50.000 piezas que son un gabinete de los horrores en donde todo lo monstruoso tiene su acomodo. En realidad, lo que se guardan son las preparaciones con las que los médicos podían ver, con sus propios ojos y conservadas en alcohol, diferentes deformidades de los cuerpos, abortos de todo género, órganos hipertrofiados, tumores gigantescos, etcétera etcétera, cosa muy útil, naturalmente, cuando no había fotografía en color ni uno podía ir a Google y preguntarle al doctor qué era lo que le pasaba si le había crecido una seta en mitad de la frente.

4. Para que no se diga, citaremos hoy un cementerio, que es, sin duda, el más tétrico de Viena. Es el cementerio de los „sin nombre“. Se cerró a mediados del siglo XX, y en él reposan los restos de las personas, cadáveres a veces con identidad y a veces sin ella, que fueron rescatados del Danubio arrastrados por la corriente. Solo leer los carteles de las cruces pone los pelos de gallina. Hay hasta un niño asesinado. La identidad del hijo de su madre que lo ahogó en el río no fue averiguada nunca, y así reza en la lápida del angelito „ahogado por mano desconocida“.

Y aquí termina nuestro recorrido, mañana, quizá, más….ñiajajajajajajaja (risa terrorífica)


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Una respuesta a «Cuatro sitios terroríficos de Viena (especial Halloween)»

  1. […] de Pescadores del Danubio celebraría a las dos un acto en el Cementerio de los Sin Nombre (del que hablamos ya con ocasión de Halloween) en memoria de las víctimas del […]

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