27 de Diciembre de 1985: Terror en Schwechat

Aeropuerto de SchwechatLa policía austriaca ha anunciado hoy el aumento de la alerta terrorista en Viena. Hace treinta años no se pudo evitar una masacre.

26 de Diciembre.- Hoy, el Ministerio del Interior austriaco, a través de la agencia de noticias APA , ha dado a conocer (un poco al estilo Gila, las cosas como son) que debido a la advertencia de un „servicio secreto amigo“ se va a subir el nivel de alerta terrorista en Viena.

Parece ser que los malos habrían expresado su intención de atentar en Viena o en varias ciudades europeas con explosivos o a tiros. Ahora bien, viene a decir la nota, comportese todo el mundo con total normalidad, que tenemos la situación bajo control. Y habrá que creer a las fuerzas del orden y rezar para que no pase nada. Qué remedio.

Hace exactamente treinta años no hubo tanta suerte, esa es la verdad.

Aunque, salvando lo luctuoso del asunto, también hubo momentos para el esperpento (y es que, en eso, Austria y España tienen cierta propensión a montar „La estanquera de Vallecas“, cambie usted Vallecas por Favoriten y tendrá usted salvada la particularidad regional).

A lo que vamos: tal día como mañana de hace treinta años, o sea, el 27 de Diciembre de 1985, a eso de las nueve de la mañana, numerosos pasajeros estaban esperando el check-in en el aeropuerto de Schwechat (entonces, aún el aeropuerto de Pin y Pon que hemos conocido todos los que llevamos aquí unos años, o sea, un aeródromo pequeñito, recogido y cómodo). En fin: los pasajeros querían embarcar en el vuelo LY364 de la compañía aérea israelí. No lo consiguieron. Un grupo de terroristas lanzó desde las escaleras mecánicas cercanas un puñado de granadas de mano contra la multitud que esperaba. Cuando estas detonaron, se liaron a tiros con las pobres personas. Era el primer paso de un plan de largo alcance: tomar a los pasajeros supervivientes como rehenes, montarlos en el avión y luego hacer volar el avión en pedacitos sobre el estado de Israel.

Les salió mal. La seguridad del aeropuerto y los empleados del servicio secreto israelí presentes en el aeropuerto también abrieron fuego contra los terroristas que pronto vieron que no podrían llevar a cabo su objetivo. Presionados por la balacera (en total 200 proyectiles) los malos corrieron al garaje del eropuerto, detuvieron a un señor que iba montado en un Mercedes gris, se montaron en el coche y, encañonando al conductor, se dieron a la fuga. Se dio entonces una persecución como en las películas. Por delante, los terroristas, a poca distancia la policía austriaca. Pimpán, pimpán, tiro va y tiro viene, hasta que, por fin, cerca de Fischamend, el coche de los terroristas derrapa en una curva y se sale de la carretera. Saltan los malos del coche, saltan los policías del suyo, sacan las pistolas, apuntan y, cuando disparan, en vez de los tiros suenan unos inofensivos clics, clics. O sea (leer con voz de Boris) !Que se habían quedado sin balas! (fin de la voz de Boris).

Sin embargo, por alguna razón, uno de los terroristas, al ver quizá cercana la hora de encontrarse con Alá y jugar en el paraiso con él una partida de mus, fue, y se desmayó. Y el otro, ante la incredulidad de los policías, tiró su arma al suelo y se entregó.

Mientras en el aeropuerto se hace lo que se puede por los heridos (los terroristas han dejado tras de sí una auténtica masacre) se interroga a los terroristas. Se averigua que han tramado su atentado (y otro que se produce el mismo día en el aeropuerto de Fiumicino, en Roma) en Suiza y que han sido adiestrados en el Líbano.

En esta historia, por cierto, también sale España. Una llamada anónima a una emisora local de la piel de toro reivindica los atentados de Viena y Roma en nombre de la ANO (como lo leen mis lectores). ANO son las siglas en inglés de Abu Nidal Organisation (Para evitarse el choteo ¿Leerían los locutores españoles ANO o OAN? Misterio). La ANO por cierto, es una rama escindida de la Organización para la Liberación de Palestina, de Yasser Arafat, financiada por dos angelicos como Muhammar El Gadafi y el dictador sirio Assad. Un cuadro de comedor.

El momento Estanquera de Vallecas se produce cuando uno de los terroristas, a pesar de estar bajo custodia de la autoriad (la pasma austriaca) se las apaña para conceder una entrevista a la cadena de televisión americana CBS. Los reporteros de la cadena americana, a fuer de tenerlos „cuadraos“ (la cosa no tiene otro nombre) no solamente graban sonido, sino que también filman a los dos tipos, que se recuperan de las heridas recibidas en el hospital.

Los dos malotes son condenados a cadena perpétua. Uno de ellos, salió de la cárcel hace 8 años. Durante dos años más no podrá disfrutar de las bondades de EPR porque tiene prohibida la entrada al país. El otro, intentó fugarse y recibió una condena adicional de 19 años.

Desde entonces, las relaciones entre Austria y la Organización Abu Nidal han sido complejas. Los atentados de Schwechat se produjeron porque el Estado austriaco rechazó un „pacto de no agresión“ que incluía la excarcelación de tres componentes de Abu Nidal. Sin embargo, hasta 1993, según ha informado Profil en su último número, la policía austriaca puso a disposición de los terroristas un piso franco en Viena, al objeto de poder tenerles bajo vigilancia y yugular cualquier atentado antes de que se produjese.


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