Wir sind nominiert (again)

Aeropuerto de SchwechatLeonardo di Paprika no es el único que está nominado esta noche (!Ni mucho menos!) también algunos austriacos tendrán razones para morderse las uñas.

28 de Febrero.- Acabo de salir del Apollo Kino de ver „El Revenío“ la nueva película de Leonardo di Paprika, por la que está nominado a los Oscar de la Academia (la de Hollywood, no esa a la que el marido de Elvira Lindo va todos los jueves).

Sugiero a mis lectores que si, como parece, Leonardo recoge „la dorada estatuilla“ diseñada por Cedric Gibbons, y les entra el prurito de ir al cine a verle sufrir durante dos horas y media, que entren a la sala con provisiones y todas sus necesidades hechas. Más que nada porque, en el último tercio, pueden querer cantar lo de „Yo quiero hacer pipí, papá“ (a mí me ha pasado y me precio de ser un hombre de vejiga resistente).

La peli es larga (las hay más, claro) pero no se hace aburrida en ningún momento, a pesar de que a veces parece una de Tarkovsky. Iñárritu las ha hecho mejores, también es verdad, pero „El revenío“ es una película muy sólida de todas maneras que contenta a los que quieren una peli de acción y a los que quieren algo más „Arty“. Aunque también es, como decía mi sobrina Ainara cuando era pequeña, una pinícula de las de „Una y ya“. O sea, que uno la ve en el cine pero no se comprará el devedé.

Antes de pasar a otro punto diré que, pese a la dieta estricta que hace en la película -y que no desvelaré para no destripar la trama- Leonardo sigue tan fofisano en esta como está en la realidad.

También diré que es muy bonito ver que todos los bichos en esta peli son digitales (por aquello de comprobar que el único animal que ha sido maltratado en la realización de la misma ha sido el pobre Leonardo) y también, y por último, me gustaría señalar que, siendo „El revenío“ una película realista, es curioso cómo durante casi todo el metraje es como un largo sueño nuestro filmado, en visión subjetiva. Y la cámara, y nosotros con ella, somos un personaje más. Y eso es la genialidad de Iñárritu.

Peeeero, ni „El Revenío“ ni Leonardo tienen nada que ver con el tema principal de este blog y, aunque este año no esté nominado Christoph Waltz por ningún malo socarrón de los que suele hacer, sí que Wir Sind Nominiert.

Menos que otros años, pero nominiert al fin y al cabo.

En Austria también se morderán los codos esperando ver quién se lleva el premio al mejor cortometraje. Terreno en donde, por cierto, no parecen regir las normas de clasificación de películas o flines por nacionalidades, y en donde están nominados flines de varios países. El que nos ocupa lleva el optimista título de „Alles wird gut“ y es una coproducción Austro-alemana dirigida por Patrick Vollrath.

Se da la circunstancia de que Alles Wird Gut (esperamos que el título, Todo va a salir bien, sea profético) es el trabajo de fin de carrera de Vollrath, el cual se graduó con esta peli de sus estudios de director.

La peli está protagonizada por Simon Schwartz (habitual de las pelis y series austriacas) y la encantadora niña Julia Pointner, de 11 años. Cuenta la historia de un padre, Schwartz, que recoge a su niña, Julia Pointner, de casa de su exmujer para pasar con ella un fin de semana (con la niña, claro, no con la exmujer). El personaje de Schwartz quiere llevarse a la niña a Manila sin el consentimiento, por supuesto, de su mujer pero, al llegar al aeropuerto, resulta que el vuelo ha sido anulado. El personaje de Schwartz tiene un ataque de pánico y se lleva a su hija a un hotel.

Allí, la niña contactará con su madre durante la noche y, a la mañana siguiente, la habitación será tomada por la policía.

Digamos que Alles Wird Gut concentra todo el sufrimiento de „El revenío“ pero hecho todo con un cuarto del prespuesto que la cinta de Iñárritu tenía para botellas de agua mineral para Leonardo Di Caprio. El tema también es angustioso y, después de verla, uno termina bastante desasosegado (la echaron el otro día en la ORF, así que puedo hablar con conocimiento de causa).

Por cierto, de mis dos países, no solo estará en los Oscar Austria, sino también España con (se está convirtiendo en una tradición) el diseñador español Paco Delgado. Mi tocayo está nominado por el vestuario de The Danish Girl (que yo no he visto pero de la que se hablan maravillas).

Suerte tanto a los austriacos como a los españoles. En esto, señora, no tenemos el corazón partío. Mañana por la mañana, comentaremos el resultado.


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