Lorca no vivió en Viena pero…

ValsHace ochenta años, tal día como mañana, día 18 fue el último día de la vida de Federico García Lorca. Aunque nunca estuvo en Viena, no vivió ajeno a su influencia.

17 de Agosto.- Tal día como mañana, hace ochenta años, fue el último de la vida de Federico García Lorca.

Después de leer mucho sobre él, y de escuchar muchos testimonios de las personas que le conocieron personalmente, y que vivieron hasta hace pocos años –entre ellos, por ejemplo, muchos de los miembros del grupo de teatro La Barraca, que él fundó- he llegado a hacerme una idea de que Federico García Lorca dejó una obra que solo es un pálido reflejo de lo que fue la persona viva.

Sin excepción, todos los que le conocieron le recuerdan como a alguien tremendamente ingenioso, rápido y alegre, aunque todos sabemos que, en general, Lorca fue un hombre que, particularmente en los amores, tuvo poca suerte. Quizá fuera porque nunca digirió del todo ni su homosexualidad ni el hecho de que, habiéndole hecho Dios homosexual, no le hubiera hecho exactamente guapo aunque también hay que decir que, al respecto de esta parte de la personalidad de Lorca hay testimonios contradictorios que dicen que, a pesar de tener una experiencia de su homosexualidad bastante torturada, en compañía de sus amigos gays, Lorca era capaz de reírse de su “hecho diferencial” y de confesar que le ponían mucho los chicos guapos de la Vega de Granada, como por otra parte se transparenta en sus poemas y obras de teatro, en donde siempre hay un gitanito que, con ese tumbao que llevan los guapos al caminar, va tirando limones al agua hasta que la vuelve de oro.

Lorca, que yo sepa, no visitó nunca Viena, pero culturalmente y por formación, es un hijo de ese fascinante torbellino cultural, en el que se mezclaron el oro y el barro, y que brotó en esta ciudad durante el periodo anterior a la primera guerra mundial y que aspiraba a un mundo más higiénico, laico y, por qué no, y de manera algo contradictoria, a explorar las profundidades del alma humana. En una palabra: Lorca era hijo de la cultura que entronizó la modernidad y “lo moderno” como uno de los valores de la civilización.

Aunque solo fuera por la importancia que tiene en la corriente surrealista y, por lo tanto, en la poesía de Lorca también, el psicoanálisis y lo onírico, ya tendríamos a Lorca relacionado con una herencia cultural que, habiendo florecido en las cercanías de la Ringstrasse, llegó a España a través de la Junta para la Ampliación de Estudios y la Institución Libre de Enseñanza (ambas, cercenadas por el golpe de Estado criminal que llevó a Franco al poder, y sus logros enterrados por la ñoñería nacional-católica). Fueron incontables los intelectuales y los artistas, de todas las ramas, que fueron pensionados por la Junta para estudiar en la que, entonces, junto con París, era la capital cultural del mundo y, por este camino lateral, se puede decir que es decisiva la importancia que Viena y el ala izquierda de su intelectualidad, tuvo en la formación de los valores de la que se ha llamado Edad de Plata de la cultura española.

En el caso de Lorca, como en el de otras personas que murieron jóvenes (el poeta era más joven cuando lo mataron de lo que yo soy ahora) queda siempre la incógnita de saber qué hubiera sido de él, de su vida y de su obra, tan vinculada a las tensiones de la España de los años treinta, si sus amigos falangistas, los Rosales, hubieran creído sinceramente que corría peligro de muerte y hubieran hecho lo posible por salvarle (ahí también la homosexualidad de Lorca y la homofobia imperante entonces, jugó un papel involuntariamente cruel en su destino: Miguel Rosales confesó que veía con mucha inquietud la influencia que el poeta pudiera tener en su hermano Luis Rosales, con el que Lorca tenía mucha amistad) ¿Hubiera Lorca emprendido el camino del exilio? ¿Hubiera encontrado un acomodo en la llamada España Nacional? Él, cuya figura fue tomada como bandera por las izquierdas pero que, en mi opinión, ideológicamente fue, todo lo más,un señorito bien de Granada (para los estándares de hoy un “pijihipster”) que coqueteaba con lo popular pero que abordaba la progresía desde la intelectualidad krausista e, incluso, un pelín conservadora ¿Hubiera estado de acuerdo con el ser convertido en mártir de unas ideas con las que no necesariamente comulgaba?

No se puede saber. Lo único cierto es que en la madrugada del día 19 de Agosto de 1936 un hombre joven, creativo e inteligente fue muerto injustificada, cruelmente, inútilmente, por una pandilla de facinerosos que no le llegaban ni a la suela del zapato. Que no tengamos que lamentar nunca más crímenes como el que a él le costó la vida.


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