Haciendo flashback, primera parte

conchita-wurstEn estos últimos diez años el mundo ha cambiado una barbaridad. Para darnos cuenta de cuánto, vamos a hacer un ejercicio útil: vamos a hacer Flashback.

27 de Septiembre.- Si algo puede decirse de estos últimos diez años, es que han sido un periodo apasionante, que ha puesto la primera piedra de un mundo muy diferente del que vivimos los que somos hijos del siglo XX.

Hace una década era aún bastante difícil de entrever cómo se produciría ese cambio pero el caso es que se produjo y ahí estamos aún, tratando de acostumbrarnos.

Para darnos cuenta de lo mucho que ha cambiado Austria en estos años, vamos a hacer Flashback y nos vamos a plantear esta pregunta ¿Dónde estaban, en 2005, algunos protagonistas de la vida austriaca de hoy?

Empezaremos por uno de los personajes sobre los que yo más he escrito en este blog y el que ha tenido una evolución más interesante.

Me estoy refiriendo, naturalmente, al líder de la ultraderecha austriaca, Heinz Christian Strache. Para él, 2005 supuso un cambio tan transcendental como para mí. No cambió de país, sino que ascendió a la cima, hasta ahora, de su carrera política: el 4 de abril de 2005, el FPÖ de Haider, debido a las tensiones que habia producido su alianza en el Gobierno con el Partido Popular (dirigdo entonces por Wolfgang Schüssel) se parte en dos y, de la escisión, nace un nuevo partido el BZÖ a imagen y semejanza de Jörg Haider. En ese momento, Strache, que entonces tenía 36 años, es elegido cabeza de la formación ultraderechista y diez años después, y contra todo pronóstico (porque a aquellas alturas del 2005 nadie daba un duro por él) ahí sigue. Puede ser que cuando Viena Directo, si Dios quiere, celebre su vigésimo aniversario, haya que escribir que, en este ínterin, Strache ha sido canciller (we wouldn´t be very amused with that, wouldn´t we?).

Pero cambiemos de tercio. El día 4 de Noviembre de 2005, o sea, un mes exactamente desupués de que saliese el primer artículo de Viena Directo, un joven nacido en Gmunden cumplía diecisiete años. Todavía era un ciudadano perfectamente anónimo (si bien ya con una pluma respetable) al cual sus padres, hosteleros, defendieron contra viento y marea de las lenguas de vecindonas del pueblo de Bad Mitterndorf, donde nació. Le costó encontrar su personalidad, su voz (en este caso en el sentido más literal del término). En 2006 se presentó, con poco éxito, y aún como Tom Neuwirth, a un clon de Operación Triunfo (se podría decir que era una Operación Triunfo marca Hacendado) de la ORF, Starmania, grabó un par de singles, tonteó con una boyband hasta que en 2011 nació La Diva, Conchita Wurst que, para mucha gente, significó que este país se sacudía la caspa. Conchita Wurst, hasta Eurovisión y más allá, se hizo unstoppable.

En la mañana en que nació Viena Directo, el actual canciller, Christian Kern, probablemente estaba en la oficina de la compañía hidroeléctrica austriaca, a cuyo consejo de administración pertenecía. El cuatro de enero de 2005 había cumplido treinta y nueve años (!Dios mío! ¿Qué he hecho yo con mi vida?) y, desde el humilde hogar de sus padres, en Simmering, había recorrido un largo camino, desde que empezó su carrera como periodista. Nadie hubiera sospechado entonces que, en diez años, Christian Kern sería el artífice principal del destino de los austriacos. A ver lo que le dura.

Aplicando el viejo sistema austriaco del Proporz, hablaremos ahora de lo que estaba haciendo el jefe del partido popular austriaco en el año 2005. Al igual que Christian Kern, Reinhold Mitterlehner no estaba en 2005 en lo que suele llamarse „la arena política“ pero sí que estaba vinculado a „la cosa pública“ como director general del organismo que agrupa a la patronal austriaca (como la CEOE española) puesto al que había llegado después de una prometedora carrera académica.

¿Y dónde estaba en 2005 el que puede llegar, si Dios no lo remedia, a ser presidente de EPR? En 2005, Norbert Hofer era el jefe de la ultraderecha en Eisenstadt, la capital de Burgenland, en donde residía; era además secretario del partido en Burgenland. Hacía tres años que había sufrido el accidente de paracaídas que le dejó como secuela la cojera que se ha convertido, años después, en parte de su imagen pública, lo mismo que, después del atentado que sufrió, la mano inútil de Helmut Zilk se convirtió en una de sus señas de identidad más reconocibles.


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