¿La llave del aprendizaje? La curiosidad. Aquí, en directo, asistirá el lector al proceso que ha llevado al bloguero a aprender una nueva palabra.
22 de Noviembre.- El emigrante, sobre todo si emigra a una tierra cuyo idioma no es el suyo „matenno“ desarolla un oído especial.
Se lee en las palabras, como los pescadores leen en los ríos. Ellos interpretan los remolinos, las diferencias del color del agua, para saber en dónde hay peces. También en las palabras se puede leer de muchas maneras solo que lo que se pescan son significados ocultos, cosas que están más allá de las propias palabras. Porque se usan unas o se usan otras, porque están o no están, en nuestro caso, de forma importantísima, porque se entienden o porque no se entienden.
Naturalmente, uno repara también en la frecuencia con la que aparecen determinadas palabras, como los meteorólogos deducen por las precipitaciones determinados fenómenos atmosféricos. Concentrándonos en la frecuencia, esta suele llamar la atención porque el vocablo, de pronto, empieza a repetirse mucho en poco tiempo y representa un “agujero” de significado y, cuando el agujero se repite o cuando el agujero dificulta la comprensión excesivamente, pues el emigrante va, se pone y pregunta.
Así me ha sucedido a mí últimamente con una palabra que, en mis bancos de datos mentales, solo estaba asociada a los champanes caros: Brut.
Hace un par de días, sin embargo, leí de pasada en un periódico vienés que, con ocasión de las elecciones presidenciales, un párroco de aldea había tenido una discusión con un político ultraderechista local. Supuestamente, el cura había recomendado en su sermón dominical votar a VdB en vez de a LSdR y, supuestamente, había mencionado algo llamado “Blaue Brut” -por el FpÖ, partido ultraderechista austriaco, cuyos miembros son conocidos por “los azules”-(¿Blaue Brut? ¿Qué tendrá que ver el champán con esto? Pensó el inmigrante, este inmigrante. Pues no debe de ser algo relacionado con el espumoso; tomaremos nota). Líneas más abajo, el párroco, preguntado por un periodista, decía que si bien, probablemente, la formulación de su sermón dominical no había sido todo lo afortunada que la ocasión requería él, en ningún caso, había mencionado la palabra Brut (leñe, Brut otra vez, ¿Qué será?) que además Brut era un “nazi sager” (una expresión nazi) (¡Cáspita! Esto se pone interesante. Una palabra nazi ¿Qué significará? ¿Me saldrá algún artículo para Viena Directo?).
En el momento de leer la noticia, no tuve tiempo de investigar más (aunque me hubiera dado igual porque si uno hace el ejercicio de meter Brut y Nazi en Google, la verdad es que los resultados son bastante confusos); pero las cuatro letras, Brut, se quedaron ahí, durmiendo en el fondo de mi mente, esperando algo que volviera a dirigir el foco de mi atención hacia esa región, minúscula, del idioma alemán.
El domingo, paseando con unos familiares por el centro de Viena, nuestros pasos nos llevaron al Naschmarkt. Cruzamos por un semáforo y, al llegar al otro lado (cerca de la Sezesion) vi una pegatina con un texto en letra gótica. La pegatina estaba adherida a una farola y solo tenía por frase un texto “Der Wiener Brut ist gewacht” (o similar)…Brut, otra vez Brut y con dos días de diferencia. Brut, otra vez Brut y encima en un contexto nazi (la letra gótica, pegatinas por la calle, ultraderecha). Ummm. Llegó la hora de preguntar.
Así que cogí por banda a un aborigen de confianza y, en privado, le pregunté:
-Oye, tengo una pregunta.
-Tú dirás
-¿Qué significa Brut?
El aborígen dudó un poco y se rascó la cabeza:
-¿Brut? ¿Champán, no? Brut…
-¿Seguro? B-R-U-T. He oído que es una expresión nazi…
-¿Nazi? Ummmm.
-B-R-U-T, querido aborigen, piensa.
-Ah, claro! Es que lo dices mal. No es Brut como en Kaputt, sino Bruuut –y uno piensa “nos ha jodío mayo, con la u larga ahora”.
-Ya, va, venga, pero ¿Qué es?
-Brut son las crías de los animales.
-Ah ¿Y qué tiene eso que ver con el nazismo?
-Pero cuando se usa para las personas es negativo.
Y entonces el emigrante piensa Brut, Brut, Brut…!La camada! ¡Los cachorros! Terminología fascista también en español. Así, señora, se aprende alemán.
orell. Mejor no sacar consecuencias.
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