¿Los extranjeros, dan a Austria más de lo que reciben o al revés? El FPÖ está muy interesado en averiguarlo.
23 de Noviembre.- Una de las cosas que no se pueden negar, porque es verdad, es que en el FPÖ manejan muy bien los tiempos.
Puede que sea casualidad (puede que no lo sea) pero en los últimos días la ultraderecha austriaca ha hecho sendas preguntas parlamentarias al Gobierno de EPR con un tema: los extranjeros. Ambas, han salido reflejadas en los medios y ambas tenían potencial para producir polémica y, por lo tanto, agua electoral que llevar al molino de Hofer, LSdR.
En la primera, el grupo parlamentario ultraderechista le ha preguntado al Ministro del Interior por la evolución de los delitos cometidos por los solicitantes de asilo en Austria. Naturalmente, los delitos cometidos por ese grupo social han aumentado y los medios se han hecho eco de esta conclusión.
Digo naturalmente, porque en el último año, como todo el mundo sabe, el número de solicitantes de asilo y refugiados (tengo pendiente de terminar un reportaje bastante extenso que dará muchísimo que pensar a mis lectores) ha aumentado muchísimo de resultas de los acontecimientos que todos sabemos.
Naturalmente también, si uno se fija solo, y ahí está la clave, solo en las cifras (por lo demás relativamente modestas, gracias a Dios, aunque todo se pueda mejorar) de delitos cometidos por extranjeros en Austria, le sale un titular del Kronen Zeitung y piensa, como muchas viejas austriacas (viejas de todos los sexos y de todas las edades) que el fin del mundo está cerca y que el holocausto caníbal nos acecha.
Si uno, en cambio, pone las cifras en relación con el aumento de la población no austriaca (esta es la ventaja de leer los periódicos con un mínimo de sentido crítico) se da cuenta de que la evolución no es, ni mucho menos, tan alarmante.
La otra pregunta ha sido a propósito de la contribución de los extranjeros al sistema social austriaco. Y aquí los resultados no son muy favorables a las tesis del FPÖ (como por otra parte podría suponerse cualquier observador atento de la realidad austriaca con dos ojos en la cara).
Veamos: la narrativa construida por el FPÖ es que los extranjeros vienen (venimos) a Austria, primero, a dar por saco de todas las maneras que se nos ocurren y, después, por supuesto, a aprovecharnos del sistema social austriaco construido por los aborígenes tras décadas de duro trabajo y blablablá.
A la mínima, la propaganda de la ultraderecha muestra a personas (morenitas, con chilaba y tal) que tienden la ropa gritando Allahu Akbar, que conspiran maquiavélicamente para destruir los fundamentos de la civilización cristiana y que viven a cuerpo de rey en viviendas de protección oficial a base de chupar del bote del sistema social austriaco; mientras que, por supuesto, los pobres aborígenes tienen que vivir debajo de los puentes, tapándose con cartones y durmiendo en colchones llenos de manchas de orines que han recogido de la basura.
Pues bien: los números demuestran que no es así: los extranjeros somos contribuyentes netos al sistema social austriaco.
Según datos ofrecidos por el Ministerio del ramo, los extranjeros entregamos para que se sostengan las pensiones y la seguridad social austriaca, 4,5 millardos, en tanto que las prestaciones que recibimos en concepto de pensiones, subsidio de desempleo y seguro de enfermedad ascendieron a 2,1 millardos (hagamos cuentas). El saldo sale positivísimo.
Naturalmente (también naturalmente) a ojos de la estadística los extranjeros somos todos del mismo grupo, igual si somos de Marrakech que de Valladolid que de Utrech, por lo que el FPÖ siempre podría decir que los que ponen parné para que los otros puedan vivir a cuerpo de rey y gritar Allahu Akbar a pleno pulmón son los alemanes de la Gran Patria Pangermánica y no los pobres que venimos de allá en donde África empieza (o sea, de los Pirineos para abajo).
Pero en fin…
Deja una respuesta