La conexión rusa

¿Qué es lo mejor que uno puede hacer cuando pierde unas elecciones presidenciales? Naturalmente: viajar a Moscú a lamerse las heridas.

19 de Diciembre.- ¿Qué es lo mejor que uno puede hacer cuando uno ha perdido las elecciones presidenciales? Pues claro, naturalmente: marcharse a Moscú a ver a los coleguis y luego pedirle a algún guardia urbano que le haga a uno “un selfi” para después colgarlo en Féisbul.

Las fotos han dado la vuelta a las redes sociales. En ellas se ve a la plana mayor de la formación ultraderechista austriaca FPÖ (Strache, Hofer, Vilinski y Gudenus) frente a un paisaje urbano moscovita, naturalmente nevado.

¿Y qué han ido a hacer allí? Pues aunque al principio la oficina de prensa del FPÖ no quería soltar prenda, dado el revuelo causado por las fotos, no han tenido más remedio que emitir un comunicado de prensa para explicar que los cuatro hombres más importantes del FPÖ habían ido a firmar un acuerdo “que no les obliga legalmente” (¡Eso faltara!) con el partido que sostiene al putín de Putin en el poder, “Rusia Unida”, válido por cinco años pero que puede prolongarse de manera indefinida si no existe pronunciamiento de las partes en contrario, objeto del cual es “estrechar lazos”, “intercambiar estrategias” y extender “una ola de patriotismo y alegría en el trabajo entre la joven generación”.

El acuerdo, por cierto, se cerró poco antes de las elecciones presidenciales (a buen entendedor…), y los políticos austriacos han ido a Moscú nada más que para echar la firma.

No es la primera vez que miembros del FPÖ visitan Rusia (Ni será la última). La máquina propagandística del Kremlin, un pulpo de muchos tentáculos (no todos evidentes) entre los que están Rusia Today y la agencia de noticias (por llamarlas de alguna manera) Sputnik, invita a miembros del FPÓ con cierta frecuencia a seminarios de todo tipo en donde les imparte cursos, se conoce que de “patriotismo”. Asimismo, en los medios de comunicación controlados por el Kremlin, los políticos ultras reciben todo el espacio posible. Aunque no lo merezcan dada su importancia en la política de sus países respectivos, claro. Es una guerra, esta de la comunicación y de la propaganda, en la que Putin se juega nada más y nada menos que la supervivencia política.

El motivo es el siguiente:

El precio del petróleo (a la baja) y las sanciones contra Rusia por la ocupación de la Península de Crimea están ahogando la economía del gigante euroasiático. Naturalmente, uno de los actores de esas sanciones es la Unión Europea (nuestra Unión, visto el mundo como está, uno de los pocos espacios de democracia auténtica, libertad y laicidad que van quedando) y la única manera de romper el frente común europeo es propulsar al poder (¿Por ejemplo a la presidencia de la República austriaca?) a partidos de ultraderecha, fuertemente reaccionarios y prorrusos (como el FPÖ).

El FPÖ, lo mismo que los otros partidos de ultraderecha europeos (Front Nationale, Alternative für Deutschland) recibe regularmente munición ideológica directamente desde Moscú, y no solo munición. El Front Nationale recibió un crédito de un banco vinculado al Kremlin por valor de 9 millones de euros. Tanto el FPö como Alternative Für Deutschland han negado constantemente que reciban dinero en metálico del Gobierno ruso sin embargo es difícil de saber si dicen la verdad, porque en Austria la financiación de los partidos es un asunto bastante opaco (como en todas partes). Yo, por ejemplo, no he podido saber, con detalle, de donde procede el dinero que el FPÖ. Todo lo que aparece en internet es que hay “donativos” y las famosas “Parteiakademien” (o sea seminarios políticos, por cuya participación se paga una cuota) pero saber si en esos seminarios participa Perico o Juan y cuándo apoquina, nada de nada.


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