Very bad hombres

La vida es como los Oscars de Jolivú, solo que no sale Justin Timberlake. Ni se le espera (leider)

27 de Febrero.- A uno no le hace falta imaginarse lo que debió de sentir la representación del equipo de La,La,Land cuando les dijeron que no, que ellos no eran los ganadores, y que Guarren Viti, el pobre hermano de Chirli Maclein, se había equivocado porque le habían pasado la cartulina incorrecta, y no hace falta imaginárselo porque llevamos ya mucho tiempo viviendo así. Por cierto, a lo del error de Guarren lo llaman Historia. Pa lo que hemos quedao.

En fin: hablando de Historia, pensábamos que aquello del Brexit no iba a ser posible (¿Cómo se puede ser tan miope de querer dejar la Unión? Pues toma: zapatazo. Se puede y se puede dejar la Unión, además, encima, peinada como la Tere May -¿Por qué estos del Brexit tienen tan malos pelos? ¿Es solo que son ingleses?).

Pensábamos que el candidato más bocazas de la Historia, el más indocumentado, el de modales más toscos y más autoritarios, el más bobo, en suma, no podría ganar (¿Quién puede ser tan abrazafarolas como para votar a un tipo al que nadie le daría un trabajo ni limpiando váteres? -profesión respetabilísima, pero para la que no se necesita una gran formación- Pues toma ya: se puede ser así de abrazafarolas y más. And the winner is…).

Lo malo es que uno de los daños colaterales de todas estas cosas es que, aunque no se quiera, un fantasma recorre Europa, y ese fantasma es el del cazurrismo. Y el cazurrismo de alguna forma, marca la agenda e impone una cierta manera de mirar la realidad (¿Estos son así? Pues Mari Carmen, nosotros no podemos quedarnos atrás) y se instala un estilo cipotudo que es un punto entre el sol y sombra con brandy Veterano y anís del Monkey y la charla de barra de bar.

La última: en declaraciones al Österreich (gran periódico) el Ministro del Interior austriaco Sr. Sobotka ha anunciado una batería de medidas para endurecer las leyes que afectan a la extranjería y más concretamente a los solicitantes de asilo. De las declaraciones del Ministro se desprende principalmente un tono y una intención, que es la de que los austriacos vean a los refugiados como a personajes que vienen, principalmente, a parasitar el sistema de bienestar austriaco y a delinquir. Como diría Donald: very Sad, mochos “bad hombres”

Veamos un ejemplo práctico: pregunta el reportero por las nuevas multas que se van a imponer a los solicitantes de asilo, y el ministro dice:

“Aquellos que obtengan el estatuto de asilado aportando informaciones falsas, tendrán que pagar entre 1000 y 5000 euros de multa. Muchos refugiados traen dinero consigo. A quienes no puedan pagar, se les embargarán los ingresos”

Preguntado por si esta medida no aumentará la mendicidad, el Ministro ha aprovechado para responder utilizando un viejo cliché.

“Los mendigos no son refugiados. Son mafias del este”.

Y así, tutto (Pavarotti).

También se ha pronunciado a favor de la creación de centros de internamiento para aquellas personas a las que se les deniegue la permanencia en Austria y que deban ser repatriados a sus lugares de origen (o a aquellos lugares a donde dictaminen los acuerdos de Dublin aplicables). Pero en este paquete de medidas no, será en el siguiente.

Hombre, algo es algo.

 


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