En casa de Karl Marx

Se estrena estos días una peli sobre el joven Karl Marx. La peli es alemana, pero en Viena tenemos un gran monumento dedicado a Herr Marx.

22 de Marzo.- El 5 de Mayo de 2018 hará doscientos años del nacimiento en Tréveris de Karl Marx.

Dos siglos después, se puede decir de sus seguidores lo que en la España franquista se decía de los miembros de cierta secta católica fundamentalista: o sea, que a lo largo de estos años ha habido dos tipos mayoritarios de marxistas: los sinceros y los listos, y que en raras ocasiones han sido listos los sinceros y en aún más raros casos ha habido marxistas listos y, además, sinceros.

Lo que no se puede negar es que el marxismo ha sido, bien por los que lo abrazaban a calzón quitado o bien por los que lo criticaban, una de las fuerzas que más poderosamente ha modelado el mundo en que vivimos, en la medida en que ha constituido un artefacto que ha permitido explicar las cosas que han pasado en este planeta y diseñar un curso de actuación (si dicho curso ha estado equivocado o no, no es cosa que quepa analizar en este artículo).

Con motivo de la conmemoración de la llegada a este planeta de uno de los barbudos más famosos de todos los tiempos, se ha estrenado una película alemana en la que se cuenta el principio de la amistad entre Karl Marx y Friedrich Engels (por cierto, yo no sé si es por deseo de precisión histórica pero en el tráiler que yo he visto a todo el mundo en esa peli le sienta la ropa fatal; sigo: ), y entonces he pensado yo ¿Qué tenemos de Karl Marx en Viena? Naturalmente: el Karl-Marx-Hof, el bloque de viviendas sociales más grande de Europa.

El KMH, que fue construido durante la etapa conocida como la Viena Roja (o sea, entre el fin de la primera guerra mundial y mediados de los treinta) y está situado en el distrito 19 de esta bonita capital.

Es una impresionante construcción que ocupa lo que, hasta el siglo XII fue un brazo navegable del Danubio. Hacia 1750, del brazo navegable quedaba nada más que una charca y entonces José II, el ilustrado hijo de Mari Tere (de quien, por cierto, también celebramos cosas este año) ordenó drenar la zona y se sembraron unos huertos muy hermosos, que aprovechaban el fértil limo que había dejado el río.

Las obras empezaron en 1927 y no terminaron hasta 1933, a pesar de lo cual la inauguración oficial fue el 12 de Octubre de 1930. Cuando se terminó el KHM era una auténtica ciudad dentro de la ciudad. Contaba con 1832 viviendas que podían alojar más o menos a 5000 vecinos. Todas estaban ocupadas con un wáter (en aquel momento, un gran lujo solo al alcance de los ricos, que vivían en viviendas nuevas). También tenían una pila con un grifo en la cocina (también otro lujo que no estaba al alcance de todo el mundo en aquella época, en donde todavía funcionaban los cántaros y las fuentes) y, muy conforme con las ideas de higiene de principios del siglo pasado (que, por suerte, continúan en este) grandes espacios abiertos de juego y esparcimiento que convertían el Karl Marx Hof en uno de los edificios más modernos de su época destinados al proletariado.

No todo en la historia del KMH fue idílico, por cierto. De hecho, fue el escenario principal de la brevísima (por suerte) guerra civil austriaca, que desembocó en el llamado “austrofascismo” de Engelbert Dollfuss, cuando una fuerza armada socialista se atrincheró en el KHM y fue desalojada a tiros de artillería por el ejército gubernamental.

Durante el austrofascismo, como va de suyo, Karl Marx desapareció del nombre del gigantesco conjunto, que se llamó Heiligenstätterhof (porque está en la calle del mismo nombre). Tras la anexión al Reich nazi, 66 familias fueron desalojadas del edificio y 29 vecinos perdieron la vida asesinados en los campos de concentración. Tuvieron que pasar sin embargo muchos años hasta que se colocó una placa conmemorativa.

Tras la guerra mundial volvió Karl Marx al nombre del edificio y los daños producidos por los bombardeos fueron arreglados mal que bien durante los años cincuenta. En los ochenta del siglo pasado, el Karl-Marx-Hof fue saneado totalmente y volvió a recuperar el bellísimo aspecto art decó de sus días inaugurales, aspecto que conserva hoy.

Desde el primero de mayo de 2010, el KHM alberga un museo dedicado a la Viena Roja.


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