El fallo positivo

Fue uno de los momentos más polémicos de las pasadas elecciones presidenciales. Tanto, que fue objeto hasta de una demanda. Se ha sabido el resultado.

24 de Marzo.- Hay un momento en la peli El Discurso del Rey, en el que el padre de la reina Isabel de Inglaterra, interpretado por Colin Firth, presencia cómo el abuelo de Lilibeth, el rey Eduardo, graba un mensaje navideño en la entonces carraspeante y primeriza radio. Para el padre de la reina Isabel, en la película como en la vida, la aparición de la radio supone un drama tremendo, porque tiene un defecto en el habla por el que sufre un enorme complejo, y se da cuenta de que, siendo un hombre público, se verá confrontado, una y otra vez, con la desagradable experiencia de tener que hablar ante un micrófono y, con ello, correr el riesgo de hacer un ridi espantoso.

Esta anécdota data de lo que podríamos llamar el pleistoceno de los medios de comuicación de masas; sin embargo ahora con las televisiones de alta definición e internet multiplicando hasta el infinito cualquier gesto, por mínima que sea su importancia, el canguelo que sufren los hombres públicos frente a las cámaras ha crecido exponencialmente.

Donde más se nota esto es en los debates electorales, hasta el punto de que estos „duelos“ se han convertido en ocasiones en las que, para aumentar la seguridad en sí mismos de los pobres políticos, se regula todo al milímetro. El resultado es que estos programas suelen ser, desde el punto de vista televisivo, un coñazo mayúsculo, porque uno tiene la sensación (y en verdad es así) de estar viendo una obra de teatro aburridísima interpretada por dos actores que se limitan a leer sus papeles arriesgando lo mínimo posible.

En la ronda primera de las últimas elecciones presidenciales (o sea, en el primer enfrentamiento de Van der Bellen contra Hofer) la ORF intentó darle un poco de emoción al asunto introduciendo algún elemento inesperado.

El experimento les salió regular (lo contamos aquí). Para resumir: el candidato Hofer, portavoz del trospidismo, llevaba dándole por saco toda la campaña a quien quisiera oirle diciendo que él estaba muy concienciado con problema del terrorismo islamista porque había presenciado él mismo „en primera persona“ (como diría Mariló Montero) un atentado terrorista nada menos que en israel. El pobre señor, estaba de visita en el país hebreo cuando la policía israelí, según su versión, dejó frita a una peligrosa islamista delante mismito de sus horrorizados ojos.

La presentadora del debate le recordó todo aquello, Hofer se reafirmó y luego, Ingrid Turnher, dio paso a un vídeo en el que un portavoz de la policía israelí decía que, en las fechas tales y cuales (las del viaje de Hofer) no había habido un atentado islamista en la explanada del templo de Jerusalén (luego se supo que había habido un incidente que podía encajar en la versión de Hofer, pero que ni había sido donde él decía, ni la herida -que no muerta- era una peligrosa islamista radical, sino una judía de una secta ultraortodoxa).

Las elecciones se saldaron, como todos sabemos, con una primera victoria del candidato verde pero Hofer no olvidó el tremendo papelón y los sudores en el plató de la ORF y puso el caso en las manos de Telekomm Austria, que es el organismo que se encarga de velar de que la ORF cumpla con la ley que marca su régimen.

La abogada de Hofer sostuvo que la ORF, violando su deber de objetividad, había querido dejar en ridículo a Hofer y que no había investigado suficientemente. Asimismo que, con gestos, la presentadora se había burlado de Hofer y le había humillado delante de la audiencia que seguía el programa.

Las cosas de palacio van despacio. De aquello hará pronto un año pero hasta ahora Telekomm Austria no había encontrado tiempo de pronunciarse. Y lo ha hecho a favor de la ORF. Según el organismo regulador, la ORF investigó todo lo profundamente que se podía investigar un hecho semejante y que, en cualquier caso, Hofer tuvo en todo momento la posibilidad de pronunciarse a propósito del asunto y de aportar pruebas de que decía la verdad (se limitó a indignarse mucho, eso sí). Asimismo, Telekomm Austria ha dicho que es normal que en un debate, los invitados tengan que improvisar sobre la marcha sobre los asuntos que salen en la conversación, incluso si, como sucedía en este caso, esos asuntos les dan „pur cual“. Porque un debate, aunque sea entre los dos candidatos a la presidencia de un país, debe ser siempre una conversación, y no esas cosas grotescas en las que los debates se han convertido.

En cuanto a la presunta pretensión de Ingrid Turnher de cachondearse de su invitado, tampoco se aprecia (de todas maneras, Hofer tiene la piel muy fina). Total, que se ha desestimado al demanda de Hofer.

Naturalmente, tanto Hofer (el cual, por cierto, en su calidad de tercer presidente del Parlamento austriaco, dio su aprobación a los cargos directivos de Telekomm Austria) como Heinz Christian Strache, líder de la ultraderecha austriaca, ven en el fallo de Telekmomm Austria un fallo, pero de los otros, de los garrafales y lo achacan a la voluntad de querer ponerle a Hofer „la pierna encima“.

En cualquier caso, hoy como entonces, para que los lectores de Viena Directo se puedan hacer su propia idea, aquí dejo el momento en cuestión.


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