Ministrus interruptus

Hoy el Ministro Mäxim Huerta ha dimitido de su cargo tras solo 6 días de trabajo. Una pena. El Ministro austriaco de carrera más corta duró un poco más (y fue un poco peor).

13 de Junio.- No ha sido martes, pero para el nuevo ex ministro de cultura español, como si lo hubiera sido. No creo que se le olvide fácilmente la fecha de hoy. Hace solamente seis días, el presidente del Gobierno, Sr. D. Pedro Sánchez, anunciaba que el escritor Sr. D. Máxim Huerta se incorporaba a su gabinete en calidad de Ministro de Cultura y Deportes. Huerta era/es bastante famoso en España, no solo por haber escrito libros, sino por haber sido copresentador del programa de Ana Rosa Quintana (la Oprah Winfrey española, salvando las oceánicas distancias).

Hoy los españoles han desayunado con la noticia de que Huerta fue condenado por el fisco español por haber cometido un fraude. Huerta ha hecho durante todo el día protestas de su inocencia. La oposición ha sido implacable. Al final, Huerta ha dimitido, convirtiéndose así probablemente en el Ministro de carrera más corta de la democracia. Y casi con seguridad, una de las más cortas a nivel europeo (a nivel mundial no me atrevo, pero debe de andar ahí ahí).

En Austria, el Ministro que ostenta el honor de haber ocupado su cartera por un periodo más breve se llama Michael Krüger.

No es por nada, pero para documentarme un poco he estado leyendo sobre la vida de Herr Krüger y la verdad, duró veinticinco días, pero en vista de cómo se las gastaba podía haber durado muchísimo menos.

Krüger fue ministro en el primer gobiergo del FPÖ de Haider con el ÖVP de Wolfgang Schüssel. Fue un Gobierno que tuvo un principio muy bronco. De hecho, la comunidad europea incluso barajó sanciones contra Austria por haber dejado entrar al partido de Haider en el poder. La indignación popular en el interior del país también alcanzó niveles mayúsculos, hasta el punto que el Gobierno tuvo que hacer el camino a la sede de presidencia del Gobierno por un paso subterráneo que une el Parlamento con el palacio de la Ballhausplatz 2, en donde se celebró -como es tradicional- la investidura.

En ese Gobierno estaba Krüger, por el FPÖ, ocupando la cartera de Justicia.

Era uno de los miembros del FPÖ más comprometidos con el haiderismo. Había entrado en el partido en 1993 y al año siguiente ya estaba sentado en el Parlamento de Viena. Durante los seis años siguientes, hasta el momento en que, en el año 2000 le fue asignado el Ministerio de Justicia, Krüger desempeñó el cargo de portavoz del FPÖ en lo referente a cultura (no debió de tener mucho trabajo, el angelico, porque en ese partido solo leen libros que tengan muchos dibujos). Quizá por eso no estaba preparado para lo que se le venía encima.

Cuando abandonó su cargo, tras solo veinticinco días ejerciéndolo, alegó que se encontraba sobrecargado de trabajo (Überbelastungssyndrom) pero lo cierto y verdad es que la causa de su dimisión estuvo en lo que, desde fuera, parecía un comportamiento completamente errático (por no decir impresentable) y en cualquier caso muy poco propio de un ministro.

Fan de los coches caros, Krüger empezó exigiendo que su coche de trabajo fuera un Jaguar. Semejante falta de modestia hizo las delicias de la prensa, que se le tiró a la yugular. Como veremos ahora, a Krüger no le hacía falta que le apretaran mucho para ponerse a producir titulares en plan la Veneno (la pobre) o en plan Ernesto de Hannover (cuando el pobre Ernesto de Hannover aún sabía dónde tenía la mano con la que agarraba las botellas de Valdepeñas, claro).

Para muestra, el botón proverbial.

Poco antes de su dimisión „por agotamiento“ Krüger había concedido una entrevista al semanario Profil. La entrevista se la hizo un amigo suyo de la infancia, el entonces presentador de la ORF Dieter Chmelar.

Delante de Chmelar (y, lo que fue mucho peor, delante de un artilugio grabador) a Krüger se le soltó la lengua y los dos hombres se pusieron a rememorar cosas de su mocedad. De este tenor:

KRÜGER: “Waßt no, die Miss Vienna?” (¿Te acuerdas de lo de Miss Viena?“

CHMELAR: “Mein Gott, was haben wir geschnackselt. Die Miss Vienna haben wir uns geteilt. Zuerst ich im Schlafzimmer, dann du im Wohnzimmer”. (Dios mío, ahí sí que chingamos bien -schnackseln, según algunas fuentes, es un sustituto coloquial de „kopulieren“-. A la Miss Viena nos la repartimos: primero yo en el dormitorio y luego tú en el salón“).

En fin.

Después de abandonar el Ministerio de Justicia, Krüger siguió siendo diputado del FPÖ hasta 2002, momento en el que abandonó el Parlamento. Tres años más tarde, coincidiendo con el advenimiento de Strache a la secretaría genera del partido, también abandonó el FPÖ. Aunque no la política, porque desde 2012 también hace sus chapucillas para el Team Stronach.


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