La vida es liarse la manta a la cabeza y crearse problemas (lo decía Zorba el griego), yo cuento hoy uno en el que me he metido con mucho gusto.
18 de Agosto.- En un documental, Carmen Flores, la hermana de Lola Flores, contaba que un día, siendo niña, su madre había llevado a la Faraona a ver bailar a Carmen Amaya a un teatro de Jerez y que, cuando salieron del teatro, hubo que darle tila a Lola Flores porque tenía un ataque de nervios de lo mucho que aquello le había gustado.
Cualquiera que sea capaz de entusiasmarse por lo que hace, conoce la sensación.
Ese estar ante un campo infinito de posibilidades y no saber con cuál quedarse, porque todas le gustan a uno, y quisiera poder vivir tres vidas para poder estar tres vidas haciendo exactamente eso.
En estas semanas de verano de 2018 he pasado por esa sensación más de una vez (sin tila, que no me gusta).
Todo empezó porque me compré un software para montar vídeo.
Dado lo mucho que han avanzado los móviles, pensé que el siguiente paso para Viena Directo sería hacer vídeos.
Tardé escasas dos horas en cogerle el tranquillo al asunto. De ahí, empecé a grabar los posts cada día. Como la calidad que daba el micrófono del móvil no me gustaba, decidí que era hora de invertir en un micrófono un poquito bueno y me compré uno que me permitía grabar de manera muy aceptable los audios de los que mis lectores disfrutan (eso espero) cada día y, de paso, yo „me enseñaba“ a hacer locuciones.
Luego, decidí que igual estaría bien „examinarme“ cada semana y ver mis progresos. Así nació Documentos Viena Directo.
Los dos primeros han sido adaptaciones de posts al formato video. El primero era un audio con música. El segundo tenía música y tenía ilustraciones en forma de vídeo y para el tercero, me he propuesto ser más ambicioso y hacer un documental de verdad. Una película corta de un cuarto de hora.
Por primera vez, he escrito un guión original para el formato, basado en la tragedia del Baron Gautsch, que fue el Titanic del Imperio austro-húngaro. Un barco que se hundió de camino a Trieste y cuya tragedia fue silenciada por estar en los tiempos de la primera guerra mundial.
Lo primero que hice fue grabar mi voz diciendo el off del documental, tratando de que no sea plana, que sea expresiva, que comunique. No ir ni demasiado deprisa ni demasiado despacio.
Después, busqué las músicas, tratando que fueran con el texto, dándoles tiempo, haciendo pausas, intentando darle al texto un ritmo y no confundir ritmo con velocidad. Más tarde puse los efectos de sonido, tratando de crear la atmósfera necesaria, que quien oiga el documental quede transportado a los terribles acontecimientos que se narran.
Cuando terminé ayer de poner los efectos, empecé a buscar las imágenes (Internet es una mina de recursos gratuitos que se pueden usar gracias a la voluntad de la gente). El documental terminado durará aproximadamente un cuarto de hora, pero creo que, al ser el primero, estoy tardando más de lo que había pensado en un principio en encontrar las ilustraciones, así que lo colgaré la semana que viene.
Creo que está quedando muy bien. Para que mis lectores juzguen, aquí tienen el aperitivo.
Espero su feedback.
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