Austriacos geniales, geniales austriacos (2)

Hoy continuamos con el segundo vídeo dedicado a los austriacos geniales. Desde átomos a tartas, todo cabe. La transcripción, también.

22 de Octubre.- Hola a todos otra vez, este es el segundo vídeo en el que vamos a hablar de estupendas innovaciones, descubrimientos, inventos cuyos protagonistas fueron austriacos ¿Y por qué lo hacemos? Lo hacemos con motivo de la celebración de la fiesta nacional austriaca, que se celebra el día 26 de octubre.

¿Qué se celebra el 26 de Octubre? El 26 de Octubre se celebra la firma de la neutralidad por parte de la República austriaca, o sea el no alineamiento ni en el bloque comunista en aquel momento, ni en el boque capitalista de la OTAN capitaneado por Estados Unidos también en aquel momento.

Este acontecimiento fue tan importante que los austriacos decidieron convertirlo en su seña de identidad y por eso todos los años se celebra lo que en Viena Directo se suele llamar Día de la Austrianidad, espejo de nuestro Día de la Hispanidad.

Por eso he decidido hacer una serie de vídeos para contar (valga la rebuznancia) para contar cosas estupendas por las cuales los austriacos nos han hecho la vida muchísimo más fácil a todos.

!Celebremos Austria!

Hoy por ejemplo vamos a empezar con un señor que tuvo una vida completamente fascinante y que debía de ser un hombre completamente genial en lo suyo.

El mejor en lo suyo, vamos.

Me estoy refiieriendo a Peter Mitterhofer. ¿Y qué inventó Peter Mitterhofer? Pues entre sus muchas habilidades, que incluían (atención) el ser músico y el ser ventrílocuo, Peter Mitterhofer era, además,s carpintero, y debía de ser además un carpintero muy bueno. Peter Mitterhofer fue el inventor, entre otras cosas, de la máquina de escribir cuyo teclado, por ejemplo, es la base del teclado de los ordenadores actuales, si bien el teclado QWERTY se inventó más tarde, pero él fue el responsable de inventar la máquina de escribir.

Peter Mitterhofer se supone que se inspiró para inventar la máquina de escribir en otro curioso invento que él había hecho utilizando sus habilidades como carpintero. El invento se llamaba „sonrisa de madera“ (atención) porque era un instrumento musical por el cual, tenía un teclado, por el cual se golpeaba unas macillas, parecidas a las de un piano, supongo que estáis familiarizados con cómo funciona un piano por dentro, y este invento producía sonrisas humanas, o sea, sonidos parecidos a la sonrisa humana. Se supone que de esta sonrisa de madera, que suena como a dentadura postiza ortopédica, pero no, se supone que con esta sonrisa de madera, Mitterhofer se inspiró para producir la máquina de escribir.

Entre las muchas informaciones fascinantes que he encontrado a propósito de este señor está por ejemplo que su mujer se puso muy enferma. La mujer de Mitterhofer se puso muy enferma y él no sabía cómo hacerle la vida más fácil en aquellos momentos en que las amas de casa tenían unas jornadas laborales autenticamente extenuantes. Y entonces él inventó uno de los primeros prototipos de lavadora automática utilizando un barril.

Me ha parecido bonito ¿No? Si la ciencia y las invenciones tienen que servir para algo, pues hombre, que sirvan para que la vida de las personas sea más fácil ¿Verdad? Nuestro segundo austriaco genial de hoy es un señor que se llamó August Musger.

Ah, pues muy bien. Don Augusto (Musger) inventó una cosa que ahora nos parece evidentísima, pero que sin embargo para su época supuso un enorme avance. Todos los móviles lo llevan ahora, y de hecho no hay documental de la National Geographic en donde no haya una escena hecha por este procedimiento.

August Musger inventó, a principios del siglo pasado la cámara lenta. O sea, la manera de filmar a alta velocidad, o sea, con muchísimas más fotografías por segundo que antes.

El cine normal va a 24 fotogramas (por segundo) pues todo lo que sea más arriba de eso es cámara lenta.

Entonces, este señor inventó esto a principios de siglo , lo patentó pero como tuvo una vida en la que la mente prodigiosa no iba con la habilidad práctica, no iba pareja con la habilidad práctica, pues este hombre lo que le sucedió fue que no pudo aprovechar su patente. No tuvo dinero para fabricar un prototipo y tuvo que vender la patente a una empresa que fue la que lo puso en el mercado en 1916, finalmente.

El siguiente austriaco genial del que también vamos a hablar hoy, el tercero de hoy y el décimo de nuestra serie es un físico que tampoco tuvo una vida fácil pero sin embargo tuvo un papel transcendental, absolutamente transcendental, en lo que es la vida, la física actual y va a tener un papel aún más transcendental si se confirma que el siguiente paso de los ordenadores se da, y es la computación cuántica.

Me estoy refiriendo a Wolfgang Pauli.

A Wolfgang Pauli le heos estudiado todos en el insitituto.

El Sr Pauli fue el descubridor o el que enunció el principio de Pauli que, no quiero citarlo mal, lo voy a leer. Ha pasado a la historia por afirmar que dos electrones, en el mismo átomo, no pueden tener la misma energía, el mismo lugar y los mismos números cuánticos.

Se acordarán probablemente aquellos de mis lectores a los que, como a mí, les hayan martirizado con la química y la física en el instiuto de los átomos con los electrones, con las órbitas, con los números cuánticos y todo este tipo de cosas. Pues todo esto, su padre fue Wolfgang Pauli. Wolfgang Pauli de hecho tuvo una vida bastante complicada. De hecho, mirando las cosas, mirando la información para este vídeo, me he enterado de que Wolfgang Pauli murió relativamente joven, tuvo problemas con el alcohol, varios matrimonios, enfermedades mentales, en fin, una serie de problemas que hubieran dado para una película como aquella, de ya hace unos años, de una mente maravillosa. La mente de Wolfgang Pauli fue absolutamente maravillosa, pero también tuvo una vida bastante agitada.

Nuestro cuarto austriaco genial es…Cuando tú le preguntas a un austriaco:

-Oye, estoy pensando en hacer una serie a propósito de austriacos geniales, y de austriacos que hayan inventado cosas y que hayan descubierto cosas y tal…

Y entonces tú preguntas:

-¿Me puedes decir inventos austriacos, inventos que hayáis hecho vosotros, no? ¿Qué habéis inventao?

Y entonces, generalmente, una de las primeras respuestas, si no la primera, la segunda o la tercera, es naturalmente: „Hemos inventado las hélices de los barcos“.

¿Y quién inventó las hélices de los barcos? Pues las hélices de los barcos las inventó unseñor que se llamaba Joseph Ressel.

Joseph Ressel, ahora que no nos oye nadie (me voy a acercar) Ahora que no nos oye nadie, Joseph Ressel no era austriaco ¿Vale? Joseph Ressel nación en lo que hoy es la República checa, Bohemia, pertenecía al imperio austro-húngaro, y entonces, pues bueno, pues se le considera austriaco y los austriacos están muy orgullosos de que Joseph Ressel inventara lo que inventó.

Las hélices de los barcos, que permiten a los barcos ir más rápido y de manera más eficiente.

En nuestro vídeo anterior hablábamos de las bolas de Mozart (con perdón) sin embargo, hoy también vamos a hacer mención de una invención culinaria típicamente austriaca. Y la invención culinaria típicamente austriaca, que además de hecho originó una cosa en la que los austriacos son pioneros totales es la tarta „Saja“.

Sí, bueno, lo voy a decir como lo conocen en España: la tarta Sacher.

¿Vale?

La tarta Sacher la inventó un austriaco que era tocayo mío. Un Paco tambiíen !Paquito Sacher! En aquel momento, cuando Paco Sacher inventó la tarta de su mismo apellido, de su mismo nombre, tenía nada más que dieciséis años. O sea, que era un pipiolo.

Franz Sacher, cuando inventó la tarta y a lo mejor alguno de mis lectores que hayan paseado un poco por Viena y se hayan dado cuenta de que en Viena hay un hotel que se llama el hotel Sacher, pues quizá se hayan pensado que las dos cosas tienen que ver. Tienen que ver la invención y el hotel, pero están separadas por bastante tiempo.

Cuando Franz Sacher inventó la tarta que lleva su nombre, no estaba trabajando en el hotel Sacher, que entonces no existía, naturalmente, sino que estaba trabajando de aprendiz en la casa del ministro Metternich.

Metternich fue un personaje fundamental en la política diglo XIX, de hecho Metternich fue el impulsor del famoso congreso de Viena y para aquellos de mis lectores que tengan curiosidad, la casa (o sea, el palacio) de la Ballhausplatz en donde actualmente tiene sus oficinas el canciller cortico, Sebastian Kurz, fueron su casa, fueron el palacio de Metternich.

Entonces, cuenta la leyenda que Metternich tenía una cena y que pidió, le pidió a la cocina del palacio que inventara un postre especial y nunca visto.

Esas cosas pasaban en aquellos momentos. En España también tenemos leyendas parecidas.

Y entonces Metternich, digo Sacher, llegó con una invención que se hizo famosa. O sea, dos capas de bizcocho, mermelada de albaricoque entre las dos capas de bizcocho y todo recubierto de chocolate.

Es una tarta que es la famosa tarta Sacher, que fue un éxito total desde el principio y yo decía antes que causó un fenómeno pionero.

Años después, mucho más tarde, la tarta Sacher era una cosa tan famosa, tan famosa, tan famosa, que cuando el transporte lo empezó a permitir, el hotel Sacher fue antes de Amazon, fue uno de los primeros, si no los primeros, que inventaron el comercio por correspondencia. A distancia.

O sea, que enviaban la tarta Sacher desde Viena a todas las partes del mundo. Bueno, os voy a acontar…Bueno, os decía antes que os iba a contar una cosa relacionada con España. Esto no tiene nada que ver con Austria, pero os lo cuento.

Del mismo modo en que se originó la tarta Sacher, también se originó la tortilla de patatas, nuestra tortilla de patatas.

La tortilla de patatas fue también no un encargo (o casi) sino un fruto de la necesidad.

Durante las guerras carlistas, en el sitio de Bilbao, si no recuerdo mal, el general Zumalacárregui tenía muy pocos víveres a su disposición.

Y el cocinero del general Zumalacárregui solo tenía patatas, cebollas y huevos, y entonces nuestra famosa, archiconocidísima, riquísima y de todos apreciada tortilla de patatas.

En fin: con esta cosa tan española como es la tortilla de patatas terminamos este vídeo de hoy, segundo de esta serie dedicada a los austriacos geniales, maravillosos y que han hecho la vida más fácil a la Humanidad, con motivo de la fiesta nacional austriaca. Espero que os haya gustado.


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Comentarios

3 respuestas a «Austriacos geniales, geniales austriacos (2)»

  1. Avatar de Luis
    Luis

    Pues sí, me ha encantado, muchas gracias. ¡Hay que ver qué arte tienen los austriacos! Lástima que a partir de la cosa nazi gran parte de ese talento tuviera que buscarse otro sitio para seguir beneficiando a la Humanidad

    1. Avatar de Paco Bernal
      Paco Bernal

      Gracias Luis! Pues sí, una pena…Un abrazo

  2. Avatar de Anselmo
    Anselmo

    Respecto al cocinero de Zumalacarregui, tengo oído que era francés. Pero que la tortilla de patatas (Episodios Nacionales) fue inventada por un ama de casa navarra que , habiendo invitado a comer a Zumalacarregui, no tenía más que los ingredientes para hacer la tortilla.

    La neutralidad austriaca, debe deberse a los acuerdos de Yalta. No olvidemos que se trata de un pueblo conquistado.

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