Los hijos de Mozart (1/2)

Cuando Mozart murió, le sobrevivieron dos hijos. Sus destinos fueron muy distintos del de su señor papá.

22 de Enero.- Un lugar común entre los que tenemos una edad (o sea, entre treinta y cuarenta años) es que, de nosotros, cuando niños, quedan quizá unas cuantas docenas de fotos, en tanto que los niños que nacen ahora, son fotografiados hasta que las criaturas, en cuanto ven una cámara ponen cara de foto.

El hecho de tener imagenes de la gente es una cosa relativamente nueva y antes de la invención de la fotografía, el que la imagen de uno fuera perpetuada para la posteridad (aunque fuera la reducida posteridad de los descendientes de uno) un lujo fabuloso que solo los muy ricos o los muy vanidosos o los que eran excepcionalmente guapos y, por lo tanto, susceptibles de ser el capricho de algún pintor, podían permitirse.

Por eso, por ejemplo, un enigma irresoluble de la Historia será ya para siempre el auténtico aspecto que tenía Wolfgang Amadeus Mozart. Con los faraones egipcios queda, por ejemplo, la momia hecha una pasa de fibras apergaminadas y dentro de la momia el esqueleto, con lo cual se pueden los científicos hacer una idea del aspecto que el difunto ofrecía en vida. Como todo el mundo sabe, WAM murió si no pobre, si bastante corto de efectivo (el hombre se bebía hasta el agua de los floreros y se jugaba lo que no tenía a los dados) por lo cual el único indicio que tenemos para hacernos una idea de cómo fue el genio de Salzburgo son las imágenes que quedan de sus dos hijos, cuyas biografías glosaremos hoy.

Mozart tuvo tres hijos, pero solo dos de ellos, ambos varones, llegaron a la edad adulta. Ambos, curiosamente, murieron sin descendencia, así que no hay nadie que pueda decir que lleva la sangre de Mozart directamente.

El mayor de estos dos hombres se llamó Carl Thomas y nació en Viena siete años antes de que su padre sucumbiera a los estragos de la mala vida y de diferentes enfermedades mal curadas, o sea, en 1784. A la muerte de su padre, Carl Thomas, entonces una tierna criatura de siete años, fue enviada por su madre a Praga, a que estudiara con un profesor llamado Franz Xaver Niemetschek, el cual, entre otras cosas, le enseñó a tocar el piano. A los catorce años, en una Europa que empezaba a quitarse la piel del antiguo régimen con las guerras napoleónicas, Carl Thomas se fue a Livorno, en donde inició su aprendizaje como comerciante. El entonces mozo tenía la intención de poner su propia tienda de pianos. Pero aquella vida de comerciante no le gustaba, así que pidió una recomendación a Josef Haydn, amigo que había sido de su difunto padre y, con ella, entró en el conservatorio de Milán. Culo de mal asiento como su padre, Mozart Jr. Abandonó la carrera musical tres años después de haberla empezado y probó suerte en el funcionariado; después, como traductor, en el territorio entonces controlado italiano controlado por Napoleón. Tras la anexión de este territorio por el imperio austriaco, Carl Mozart se hizo funcionario de la contabilidad del Estado y llevó una vida humilde.

A partir de ese momento la vida de Carl Mozart se hunde en la mediocridad y solo han llegado hasta nosotros algunos hitos como la visita que le hizo su hermano Franz Xaver Wolfgang en 1825 o la que Carl Mozart le hizo a su madre Constanze en Salzburgo, en 1836. Se sabe también que, con motivo de las celebraciones por el centenario del nacimiento de su padre, en 1856, Carl Mozart estuvo en Salzburgo.

Fiel mantenedor de la memoria de su padre, Carl Mozart se dedicó, durante toda su vida, a mantener el recuerdo del autor de El Rapto en el Serrallo.

Fue el fundador del Mozarteum, que hoy es una institución de talla internacional y gracias a Carl se conservan hoy objetos personales de Mozart, como su piano o numerosa correspondencia que Carl Mozart le legó a la institución.

En cuanto a su aspecto…Carl Mozart llegó a vivir hasta los albores de la fotografía y ha quedado de él un Daguerrotipo de un hombre anciano, con pinta de no ser excesivamente avispado.

Es de suponer que la falta de talento, o de constancia,le impidio dedicarse a la música, como sí hizo su hermano Franz, del que hablaremos en el próximo capítulo de esta serie.


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